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La cigala toca fondo en el puerto de Vigo

Alejandra Pascual Santiago
alejandra pascual VIGO / LA VOZ

SOMOS MAR

EDUARDO PEREZ

En el 2024, las descargas cayeron por debajo de 10.000 kilos y apenas se reportaron 51.600 euros de ingresos

15 ene 2025 . Actualizado a las 04:46 h.

La cigala flaquea en el puerto de Vigo, hasta el punto de que sus descargas cayeron por debajo de los 10.000 kilos en el 2024, el peor año para la especie en lo que va de siglo. La Pescadería de mi Barrio, un negocio dedicado a comercializar pescado del barrio de Teis, acredita la escasez y la explica así: «Hubo jornadas en que el producto ya estaba vendido antes de pasar por lonja». Insisten: «Estamos viendo muy poca en la subasta».

El año pasado, en O Berbés apenas se descargaron 8.171 kilos de este icono de la rías que entró en estado de colapso en el litoral gallego hace una década. Mercedes Rodríguez, gerente adjunta de la Organización de Productores de Pesca 4, explica que las vedas en el caladero de Gran Sol, que nutre a una parte importante de la flota gallega dedicada al marisco, es el principal motivo de esta bajada con respecto al 2023. Pero las estadísticas de las ventas en Vigo reflejan un descenso constante durante las dos últimas décadas y muy acusado desde el 2014. De hecho, la disminución del volumen de descargas entre 2001 y el 2024 es de más de un 90 %. Por eso, la responsable de la OPP de Gran Sol menciona que el del sur de Galicia ha perdido la condición de puerto cigalero. A Coruña mantiene un volumen de ventas más alto, con cerca de 120.000 kilos el año pasado, pero en su caso tampoco es el maná de comienzos de siglo.

El período comprendido entre el 2004 y el 2012 fue el de máximo esplendor para la descarga de cigala en O Berbés, llegándose a 230.000 kilos descargados al año. Sin embargo, el buen comportamiento de las estadísticas estaba teniendo su impacto en la salud de la especie en el mar hasta el punto de constatar el Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES son sus siglas en inglés) que la situación de la cigala se había vuelto crítica en las costas peninsulares. Con premura, la institución europea recomendó en el 2005 un plan que establecía cinco zonas de veda por un plazo de diez años, pero los gobiernos de España y Portugal descartaron la propuesta.

Finalmente, el recurso entró en fase de colapso y desde el 2016 está impedida su captura en las costas de Galicia. La comunidad científica española ya ha prorrogado la veda en varias ocasiones. La difícil reproducción de esta especie de abdomen alargado, que puede llegar a tardar varios años en alcanzar la edad adulta, explica lo costosa que está resultando su recuperación.

Un estudio reciente del Instituto Español de Oceanografía (IEO) ha analizado otro escenario como el del desequilibrio reproductivo, al ser más machos los que caen en redes de pesca mientras las hembras permanecen más tiempo a cobijo, en sus guaridas. O también que la pesca afecta tradicionalmente a los ejemplares más grandes, «lo que podría provocar una selección genética que ralentizará el crecimiento, potenciará la reproducción en tallas menores y, por tanto, reducirá la fecundidad», destacan los expertos.

En este contexto, la cigala que se descarga en los puertos gallegos procede del norte peninsular, la capturan la flota en Gran Sol o la importan agentes del sector desde Dinamarca o Noruega.

Otro índice que refleja el retroceso de las ventas de cigala en Vigo es el desplome de los ingresos. El año pasado, la especie apenas representó una facturación en las subastas de O Berbés de 51.637 euros, el importe más bajo en lo que va de siglo. Hace apenas quince años, la cigala superaba los 2 millones de euros en ventas. A partir del 2011, los ingresos se situaron por debajo del millón de euros y, desde entonces, la escasez del recurso no ha permitido animar de nuevo estas cifras. En el 2022, las ventas fueron de unos 108.000 euros y en el 2023, de 84.150.

ANGEL MANSO

Pese a todo, el ánimo de la Navidad no ha impedido que en el 2024 llegara a venderse el kilo de los ejemplares de mayor tamaño por más de 150 euros en el mercado, como recuerdan desde La Pescadería de mi Barrio. «¡Incluso la de importación se disparó!», destacan sobre un icono de la gastronomía gallega que ya no abunda en las bandejas de las plazas ni de los grandes lineales.

Biomasa

La situación de inminente colapso que padeció la cigala en Galicia hace una década mantiene en alerta a los científicos desde entonces, comprometidos con el seguimiento de la especie y la toma de decisiones para evitar su extinción. Un informe del Instituto Español de Oceanografía (IEO) junto con el Instituto Portugués del Mar y de la Atmósfera reveló que la biomasa (peso total de todos los peces maduros de la población) de la cigala en aguas peninsulares «ha experimentado un declive del 94 % desde 1993». La situación es si cabe más preocupante en las Rías Baixas, donde este porcentaje es del 98 %. El mismo análisis advertía que, de continuar este escenario, la extinción comercial de la cigala podría estar cerca. En concreto, el marisco tendría que multiplicarse en un 50 % para asegurar una buena práctica de su explotación pesquera.