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La flota decide no salir a pescar langostino en Argentina

Cecilia Valdez REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

M.MORALEJO

Aunque la temporada comenzó el día 17, los armadores esgrimen que los altos costes salariales, los impuestos, la caída de precios internacionales, la contracción de la demanda y la subida del peso argentino provoca que la actividad no sea rentable

29 mar 2025 . Actualizado a las 04:46 h.

La campaña de pesca de langostino en aguas de Argentina arrancó hace más de una semana, pero los barcos no han zarpado. En medio de una grave crisis del sector, que enfrenta intereses empresariales y sindicales, unos y otros dan sus razones mientras los buques tangoneros congeladores permanecen amarrados al muelle.

En su última reunión, el 13 de marzo, el Consejo Federal Pesquero (CFP) fijó para el 17 de este mes el arranque de la temporada, pero los altos costes, la caída de los precios internacionales y la contracción de la demanda han llevado a que ningún pesquero haya querido despachar, según explican los armadores afectados.

Hasta nueve cámaras empresariales han salido a denunciar que la actividad no es rentable, debido a los altos impuestos, un tipo de cambio desfavorable y un marco laboral desactualizado. En lo que va del año, el Gobierno de Javier Milei impuso un aumento de los derechos de exportación y de los derechos únicos de extracción (lo que pagan los armadores por pescar), provocando una mayor carga fiscal para el sector. Los empresarios han exigido al Gobierno que les aplique los mismos beneficios fiscales que se le otorgaron al sector agrario —una quita de los derechos de exportación—, pero no han tenido suerte.

Ya entonces muchos empresarios manifestaron su preocupación y dudas sobre la continuidad de una industria —de capitales chinos, españoles y argentinos— que anualmente procesa 793.000 toneladas de productos pesqueros, genera 46.000 empleos directos (100.000 indirectos) y exporta a más de 100 mercados internacionales, aportando 1.981 millones de dólares (1.835 millones de euros), en divisas al país.

Pese a que la demanda (y el precio) del langostino ha caído a nivel internacional, la sobrevaloración del peso argentino tampoco ayuda a ganar competitividad. Según la industria, por cada euro obtenido por lo que se pesca, se necesita un gasto de 1,12. Ya en febrero pasado, el presidente de Conarpesa, el español Fernando Álvarez Castellano, advertía en declaraciones a medios argentinos que en esas condiciones no iba a salir ningún congelador a pescar, al tiempo que ponía el foco en los trabajadores: «Más del 60% de todos los costes del barco es el salario de las tripulaciones».

Rebelión de los tripulantes

Según la Cámara de Armadores de Pesqueros y Congeladores de la Argentina (CAPeCA), el diálogo, tanto con el Gobierno como con los sindicatos, está abierto, pero sin avances concretos. Los representantes sindicales se oponen a que la solución al problema sea una rebaja del 30 % en sus salarios, tal y como proponen los empresarios. Señalan, además, que ya tributan un 35 % de sus ingresos y rechazan tajantemente que la negativa del Gobierno a aplicar la quita del agro a la pesca se enmiende con una bajada de sueldos a los trabajadores.

El martes, en una asamblea llevada adelante por el SOMU (Sindicato de Obreros Marítimos Unidos), que agrupa al sector con los salarios más bajos de los tangoneros congeladores, decidió mantener la misma postura que hasta ahora. Los sindicalistas indicaron que las cámaras empresariales no han hecho ninguna presentación formal en el Ministerio de Trabajo y que esto invalida cualquier negociación, señalando que no tolerarán ningún recorte salarial ni modificaciones en el convenio colectivo.