
La mayor comercializadora de túnidos de España no alcanza el 65 % del respaldo de los acreedores tras desmarcarse bancos que soportaban buena parte de su deuda
29 mar 2025 . Actualizado a las 01:11 h.Un gigante pesquero con pies de barro. Atunlo, la mayor comercializadora de túnidos de España, entra en liquidación ahogada por una deuda superior a los 120 millones de euros. Se destapó a raíz de la entrada en concurso de acreedores de la compañía viguesa, en mayo del 2024. Desde entonces, miembros de la cúpula directiva fueron abandonando el barco en un proceso que reflejaba la vulnerabilidad financiera del grupo. Ayer cesó su actividad, tras fracasar por cuarta vez en el intento de lograr el respaldo del 65 % de los acreedores. «Nos hemos quedado muy cerca, con el 60 %, pero no logramos el 5 % que faltaba», explicaron responsables de la empresa.

Atunlo llevaba meses instalada en una frágil supervivencia. Su acogida a la ley concursal puso de manifiesto un delicadísimo estado de tesorería, que finalmente se confirmó con el informe elaborado por la administradora ADV Concursal y Pericial. Este rebajó el valor de la compañía gallega de 103 a 30 millones, tras recalcular el peso de las inversiones en empresas del grupo y asociadas —estimadas en 4,8 millones—, los activos por impuesto diferido —que resultaron nulos— y los deudores comerciales. También sufrió una rebaja importante el coste asociado a las existencias de pescado, que la compañía cifraba en 33 millones, y finalmente resultaron ser solo seis.
Condicionada por la insolvencia, los directivos que han quedado al frente de la compañía en los últimos meses han aprovechado cada uno de los días que da de plazo la ley concursal para evitar la liquidación. Sin éxito. Propusieron a su extensa lista de 293 acreedores un plan con un calendario de pagos a ocho años y que aceptaran una quita del 70 %. Entidades financieras que soportaban buena parte de esa deuda de 120 millones, como Santander, Abanca y Cajamar, declinaron la propuesta.
Por el camino, la Justicia consideró fortuita la suspensión de pagos de la compañía, que llegó a emplear a cerca de un millar de personas entre sus centros de Cambados, Santoña, O Grove, Vigo y Cabo Verde. Como grupo, Atunlo no consolidaba resultados, pero entre esta firma y su hermana Comercial Pernas (Coper) llegaron a alcanzar los 360 millones de facturación.
CIG y CC.OO. pelearán por mantener las fábricas y los 165 empleos de Atunlo en Galicia
Del aún reciente esplendor de Atunlo solo quedan ya los destellos de sus dos fábricas en Galicia. La de Cambados, rebautizada el año pasado como Frigoríficos Cambados (Fricam) durante el largo proceso concursal, hoy con 144 trabajadores en nómina, y Atunlo O Grove, que tras el despido de 116 trabajadores en enero del 2024, vive sus estertores con 21 empleados, 12 de ellos, los de la línea de aceite, inmersos en un ERTE.
Los dos sindicatos con representación en el comité de empresa de la actual Fricam, la CIG y Comisiones Obreras, se expresaron ayer en similares términos, lamentando en ambos casos el desenlace del proceso concursal y adelantando que pelearán por que las dos unidades productivas sobrevivan al deceso de su matriz.
«Por desgraza, estánse confirmando capítulo a capítulo os nosos temores», señala Mar Vila, responsable del sector del mar de CIG en O Salnés, que a la espera de noticias oficiales, destaca que su sindicato «aposta pola continuidade da fábrica e de todos os postos de traballo». En el caso de Fricam, recuperando una producción que, informa, se desplomó un 50 % a lo largo del último año.
Miguel de María, secretario de Industria de CC.OO. en Arousa, aboga por su parte por «o mantemento das dúas fábricas, cun plan empresarial para que sigan adiante ou mesmo medrando».
Un concurso marcado por las diferencias entre socios gallegos y vascos y la intervención de la Justicia en Portugal
Cuando Atunlo se acogió a la ley concursal, en noviembre del 2023, amparándose en el mecanismo del preconcurso de acreedores, trascendió el conflicto que existía en el seno de la compañía entre los accionistas vascos y los gallegos. La empresa estaba repartida a partes iguales entre la viguesa Coper y las pesqueras de Bermeo Inpesca y Pevasa. Las relaciones entre socios se enturbiaron al tiempo que la compañía mostraba los primeros síntomas de insolvencia.
La colisión entre los responsables de la gestión de la empresa enquistó en cierta medida el ya de por sí complejo proceso concursal, como ocurrió a la hora de sacar adelante un plan de reestructuración. Los de Coper, de hecho, llegaron a plantearse recurrir a la Justicia al considerar que los de Vizcaya ejercieron prácticas de administración desleal al interrumpir el suministro de materia prima a las fábricas gallegas. En estos meses, los de Inpesca han declinado hacer valoraciones sobre su postura en el conflicto.
Sin embargo, ambas partes estaban comprometidas, después de años de trabajo codo con codo desde el nacimiento de la compañía, en el 2007. Y esto se reflejó en el ligero acercamiento entre los socios en estos últimos meses, cuando tocaba intentar firmar una propuesta de convenio que evitase la liquidación, según fuentes de la empresa. Lo que pudo ser y no fue.
El frente portugués
Las que mantuvieron con los socios del Cantábrico no fueron las únicas diferencias que enfrentó a la dirección gallega con sus aliados. Otro conflicto importante surgió en el polígono de O Fulao, en Vila Nova de Cerveira, donde Atunlo compartía un importante proyecto con Marfrío. La Justicia portuguesa intervino con celeridad en este negocio, de nombre Central Lomera Portuguesa (CLP), tras detectar un agujero de 3 millones de euros al no pagar facturas vencidas. El Tribunal Judicial da Comarca de Viana do Castelo decidió apartar a los directivos de esta planta vinculados a Atunlo al considerar que actuaron «de forma contraria a todas las reglas de prudencia, rigor y buena gestión». Toda la producción de esta fábrica se facturaba a través de la compañía ahora en liquidación.

Otro asunto que inquietó a la administradora concursal fueron las ampliaciones de capital ejecutadas antes de la entrada de la empresa en concurso de acreedores, y que hicieron que la compañía matriz perdiese el control de Atunlo Cambados, CLP y Atunlo O Grove. Esta maniobra afectó «negativamente» a la masa del concurso, ya que supuso la salida de activos sin contraprestación, según la administradora.