
Bogavantes gigantes que no encuentran salida en la hostelería toman los puestos de la plaza
14 feb 2021 . Actualizado a las 16:43 h.Los consumidores de los productos del mar están de enhorabuena. En la plaza de abastos de Santiago recomiendan aprovechar estos días para consumir pescado de la ría, porque «está no seu mellor momento», explica Marta Rey, gerente del mercado. La razón es que están entrando en las rías para desovar y, por tanto, el pescado es más sabroso y de buen tamaño, además de que las capturas, salvo en jornadas como la de martes y ayer, con temporal en el mar, están siendo muy buenas, lo que reduce el precio.
peces planos
Gordos y sabrosos. De todas las especies que lucen en los puestos de la plaza, las mejores son ahora las de peces planos, es decir, el lenguado, el rapante, y también la raya. «Están máis gordos, e para facer á prancha, este é o mellor momento», explica Rey. El único problema es el precio, ya que debido al temporal de las últimas horas se incrementó ligeramente. En la jornada de ayer, el lenguado se vendió a 26 euros el kilo, frente a los 16 de la pasada semana. La robaliza de la ría es otro de los productos estrella de estos días, y hasta el mercado están llegando piezas de diversos tamaños. Por otro lado, los consumidores a quienes les guste el choco deberán estar raudos a la hora de hacer la compra, porque ahora mismo los de menor tamaño -también ideales para la plancha-, vuelan. Los precios de este suculento manjar varían entre los 12,50 euros el kilo de las piezas más pequeñas hasta los 9,50 euros de las más grandes. Entre otros pescados que ahora llegan con gran tamaño al mercado compostelano, destaca el coruxo, de varios kilos y que, pese a todo, está teniendo salida.
MARISCO
Bogavantes gigantes. El marisco también ofrece algunas alegrías a los consumidores. Por ejemplo, la centolla de la ría está incluso mejor que en la campaña navideña. Otro de los mariscos que en diciembre alcanzó un precio elevado es la volandeira, que ahora se puede comprar a 10 euros el kilo. El cierre de la hostelería por las restricciones de la pandemia repercute especialmente en el tamaño de las piezas que llegan a la plaza, y así es posible ver también bogavantes gigantes.