Las conservas del mar de marca blanca reinan en los supermercados españoles
INDUSTRIA
Se imponen y ya representan casi el 80 % de las ventas, según un estudio
10 nov 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Por un contrato a tiempo parcial de seis horas que suele superar y seis días a la semana, le abonan menos de 1.200 euros al mes, incluidas extras prorrateadas. Poco más de la mitad le quedan después de pagar alquiler, luz, agua y el teléfono que se costea pese a ser su herramienta de trabajo en una subcontrata que reparte pedidos para una gran cadena de supermercados. En sus lineales ha descubierto cuánto puede ahorrar con las marcas blancas, los productos elaborados por fabricantes que se venden con el sello del distribuidor, no con el original. Como muchos millones de españoles, Marco (nombre ficticio) recurre a ellas cuando compra conservas del mar. Las de marca blanca reinan en los supermercados, donde ya rozan el 80 % de las ventas, según un informe de Solunion, una empresa participada al 50 % por las aseguradoras Mapfre y Allianz Trade.
«Con un fuerte crecimiento en los últimos años», las marcas blancas en las conservas del mar obedecen al encarecimiento de la cesta de la compra y a una modificacón «de hábitos de los consumidores». «No parece que se vayan a producir cambios en las pautas de consumo en el corto plazo», sostiene Nazario Mansilla, autor del estudio de una consultora de crédito y caución que presta servicios de gestión de riesgo comercial a empresas de España y Latinoamérica.
O marcas blancas o aprovechar diferencias de precios tan abismales como la que ha descubierto Marco en la localidad de la costa gallega donde vive. En un supermercado de una pequeña cadena compra a 3,99 euros latas de bonito del norte en aceite de oliva que en el resto venden a 5,89. Son de la misma marca de una conservera gallega y tienen el mismo peso neto, 230 gramos, pero son una excepción.
El bonito del norte y el resto de túnidos «siguen siendo el motor del sector» conservero, donde representan el 70 %. Eso sí, las diferencias entre atún claro y el blanco son enormes porque el segundo supuso el año pasado el 56 % de las ventas y el primero el 7,4 %. Con datos de la patronal Anfaco, el informe de Solunion revela que los mejillones suponen el 7,4 %, las anchoas el 5,8, las sardinas el 5,3, los berberechos el 4,3, la xarda el 2,7, los calamares el 1,9, las almejas el 0,9 y el atún con vegetales el 0,8.
No se libran las conservas de la caída del consumo de productos del mar en España, que marca mínimos históricos con los 18,5 kilos por persona y año en los hogares, según las últimas estadísticas publicas por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. «Es ya una realidad asentada, debido fundamentalmente a los elevados precios y a los cambios en los hábitos de consumo», apunta Solunion.
«Reactivar la demanda interna»
En ese escenario, al mismo tiempo que las conserveras «se están focalizando en intentar reactivar de nuevo la demanda interna», las exportaciones tiran de la producción y contribuyen a la «recuperación», con un alza el año pasado del 7,8 %, hasta 306,3 toneladas que, si se cumplen las previsiones del informe, subirán este año a 312.000 y un valor de 1.917 millones de euros.
Primer productor de la Unión Europea y segundo del mundo, tras Tailandia, el sector conservero español también lidera las exportaciones en los Veintisiete. A mercados «ya asentados» como Francia, Italia, Portugal, Alemania o Países Bajos se suman «nuevos destinos, como Estados Unidos, Sudamérica y Asia, que cuentan con un gran potencial de crecimiento», añade el estudio difundido por Solunion.
La moderación de los precios del aceite y la materia prima dan margen a los fabricantes
Igual que la gran mayoría de las empresas y de los ciudadanos, las conserveras han padecido el impacto de la inflación que en su caso no solo ha encarecido las materias primas sino que ha provocado una caída del consumo. Aun así, Solunion asegura que los fabricantes son «una de las pocas excepciones dentro del sector de la pesca que están incrementando su facturación».
Aceite, materia prima y acero son los «más relevantes dentro de la estructura de costes del sector conservero». El informe que firma el analista de crédito Mansilla constata que el precio del atún «se ha ido moderando», hasta los 1.600 dólares por tonelada en junio, un 20 % menos que los 2.000 que alcanzó el año pasado. Unido a la «esperada caída del precio del aceite» y a la «moderación de la inflación tanto en España como en la UE», lo llevan a pronosticar que las conserveras «pueden mejorar la rentabilidad a corto plazo». Internacionalización y aumento del valor añadido «podrían ser soluciones».
Solunion afirma que entre el 2020 y este año las conserveras sortean la crisis mejor que el resto del sector pesquero, donde las empresas en concurso de acreedores «se ha duplicado en los últimos años», pero en los fabricantes ha sido «una evolución mucho más lineal», con la previsión de que «siga con la misma tendencia en el 2025».