El pasado año las capturas en Gran Sol superaron las 100 toneladas
22 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.Poner en valor el mayor número de especies que entran en la red. Esa viene siendo desde hace décadas una de las máximas de la Cooperativa de Armadores de Vigo (ARVI). Así lograron en los 80 convertir el fletán en un producto habitual en la cesta de la compra o el marujito una década más tarde. A la preocupación por la sostenibilidad se une ahora otra no menos importante, la obligatoriedad que impone la nueva Política Pesquera Común (PPC) de llegar a cero descartes.
De ahí que uno de sus objetivos a muy corto plazo sea impulsar el consumo de especies como la langostilla, el granadero, el patexo o el pepino de mar. De la abundancia de este último, también conocido como holoturia, en ciertas zonas del caladero de Gran Sol, habla claramente el hecho de que los barcos que faenan en la zona llegan a capturar hasta cuatro toneladas por marea. Se trata de un producto muy apreciado en Asia, sobre todo en China y Corea, donde se considera una delicatessen.
La práctica totalidad de dichas capturas se devuelve al mar. Los armadores se han propuesto conocer bien el recurso como paso previo para plantear un plan de explotación e introducirlo en el mercado nacional. Con ese fin, cinco empresas gallegas, lideradas por la Cooperativa viguesa, desarrollan Hologal, un proyecto cuyas conclusiones está previsto presentar en sociedad en mayo y que ha contado con financiación de la Xunta y el Centro para el Desarrollo Tecnológico e Industrial a través de la convocatoria Innterconecta.
El modelo de aprovechamiento planteado engloba a todos los integrantes del tejido productivo, desde el extractivo (armadora Walvisfish), al acuicultor (Global Marine Aquacultura), y el transformador (Portomuiños).
Convencidos de que el primer paso para plantear un plan de explotación es disponer del mejor conocimiento posible del recurso, la participación de Walvisfish ha hecho posible identificar y caracterizar todas las especies de pepino de mar capturadas desde que hace casi tres años se puso en marcha la iniciativa. Olalla Núñez, una de las directivas de la empresa, explica que decidieron participar en el proyecto con el buque Novo Morriña tras probar la holoturia en Corea del Sur durante un viaje de trabajo. «Cuando regresé a Vigo me puse en contacto con la Cooperativa. Hay un montón de productos que en otros lugares del mundo son muy apreciados y que aquí no se aprovechan», afirma.
Explica que el principal problema con el que se han encontrado es que se trata de una especie muy delicada, que hay que eviscerar y congelar prácticamente al instante. «Hemos avanzado mucho en ese sentido, pero aún estamos en estamos en fase de prueba-error», señala Olalla Núñez.
Uno de los objetivos es que el producto mantenga la forma, que pierde enseguida si no se trata de forma adecuada. Con ese fin, una vez eviscerado se envuelve en una película plástica antes de congelarlo. «Si se obvia ese paso, se rompe la piel».
En la preservación de la calidad del recurso ha sido decisiva la participación de Talleres Josmar. Ha sido la empresa encargada de estudiar las distintas alternativas tecnológicas para el tratamiento y acondicionamiento del pepino de mar a bordo teniendo en cuenta las características de la flota gallega.
Como última etapa del esquema de valorización, el proyecto Hologal aborda la elaboración de distintos productos basados en el pepino de mar. Además de desarrollar presentaciones variadas, tarea en la que Portomuiños cuenta con la colaboración de Anfaco, se estudia también el uso de extractos de holoturia en la elaboración de productos farmacéuticos. Su alto contenido en calcio, magnesio, zinc y manganeso es tal que contribuye a la protección de las células del estrés oxidativo, y a las función normales del sistema inmune y de las enzimas digestivas, entre otras cuestiones.