
Cañones submarinos y abundancia de lirio podrían explicar por qué aparecen tantos kraken
26 nov 2015 . Actualizado a las 19:08 h.Treinta calamares gigantes han sido hallados en los últimos años en el Cantábrico, a distancias de 32 a 54 kilómetros de tierra. «Es difícil explicar por qué aparecen tantos», reconoce Luis Laria, científico de Cepesma y del Parque de la Vida de Luarca, experto internacional en unas criaturas que la mitología noruega llamó kraken.
Viven en todos los océanos, pero, por la cantidad y el tamaño, en el mundo de los calamares gigantes sobresalen Nueva Zelanda y parte del Cantábrico.
Esos grandes cefalópodos siguen rodeados de misterios. Casi todo lo que sabe es a partir de las necropsias. Luis Laria ha estudiado a 25 y ha conservado parte de ellos. Con sus investigaciones y los hallazgos periódicos, Laria apunta razones para tratar de entender por qué el Cantábrico es un mar de calamares gigantes.
Aún se desconoce si frente a las costas asturiana y gallega pasan toda su vida o solo parte. Se sabe que están quizá por un ecosistema que parece agradarles. Acaso por los cañones submarinos, hábitat situado a más de un kilómetro de profundidad donde vivirían y se protegerían. O también por la abundancia de lirio, considerado un alimento principal de esas criaturas marinas.
La relación entre lirios y kraken parece evidente porque parte de los que han aparecido han sido capturados accidentalmente por arrastreros de Celeiro. Y esos barcos van a pescar lirios, que las necropsias confirman como uno de los alimentos que más consumen esos cefalópodos gigantes.
Anteayer, el arrastrero de Celeiro Minchos Sexto pescó el hasta ahora último kraken en el Cantábrico. Una hembra de más de 10 metros de largo, incluidos los tentáculos, y de más de 150 kilos de peso. Había largado la red a unos 400 metros de profundidad, adonde ascenderían los calamares gigantes para comer lirio.
Entre los que han aparecido los hay de más de 13 metros de longitud y de más de 150 kilos de peso. Viven a profundidades de entre 400 y 2.200 metros. Se alimentan de peces, crustáceos y otros cefalópodos más pequeños, Científicamente llamados Architeutis, hay registradas una veintena de especies, aunque escasean datos de la mayoría.