Patrocinado porPatrocinado por

La UE recorta las cuotas de bacalao y arenque en el mar Báltico

Somos Mar REDACCIÓN / LA VOZ

PESCA Y MARISQUEO

Imagen de archivo de pesca de bacalao
Imagen de archivo de pesca de bacalao norge

Europêche pronostica un 2022 «extremadamente desafiante»

13 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Europêche, la gran patronal europea de la pesca, pronostica un 2022 «extremadamente desafiante» en el mar Báltico tras el acuerdo de los euroministros de Pesca que reduce al 50 y al 45 % las cuotas de arenque, un 88 % las de bacalao occidental y un 32 % las de salmón en la cuenca principal, subiendo un 25 % las de solla y un 13 % las de espadín. Ahí España no tiene intereses directos, pero «sigue con atención» una decisión que puede indicar lo que hará la Unión Europea (UE) donde sí faenan barcos españoles.

Europêche, en nombre de los alrededor de 45.000 buques, tanto artesanales como de gran tonelaje, los 80.000 pescadores y las 16 organizaciones de 10 países europeos, que representa, difundió un comunicado después del Consejo de Ministros de Pesca de la UE celebrado en Luxemburgo. Ahí se establecieron los límites de captura para 2022 de las diez principales poblaciones comerciales del Mar Báltico, a cuyo «mal estado medioambiental, y no a la sobrepesca» atribuyen el impacto en la sostenibilidad de esos recursos pesqueros.

«A pesar de los enormes recortes de cuotas en los últimos años para especies clave» como el bacalao y el arenque en determinadas zonas, Europêche lamenta la decisión de «reducir aún más las posibilidades de pesca del arenque occidental y central, así como del bacalao occidental». Como contrapunto, «en el lado positivo», cita el aumento de solla, espadín, arenque de Botnia y salmón del Golfo de Finlandia

Peter Breckling, secretario general de la organización alemana de pescadores Deutscher Fischerei Verband, se pronuncia en un comunicado en inglés traducido automáticamente sobre la decisión de los euroministros, quienes optaron por subir las cuotas de solla y espadín. Los científicos recomendaban un aumento, pero la Comisión Europea proponía mantener el nivel de TAC sin cambios. «Acogemos con satisfacción la decisión de este Consejo que equilibra las necesidades socioeconómicas de nuestros pescadores con la sostenibilidad a largo plazo de estas poblaciones de peces. Se dispone de artes de arrastre más selectivos que ciertamente pueden mitigar el impacto sobre otras especies como el bacalao o el arenque», señaló Breckling, quien, considera a esas dos especies «vitales para la supervivencia de nuestras empresas pesqueras».

En el otro lado de la balanza, el recorte de las principales especies objetivo, el bacalao occidental y la cuota de arenque occidental durante varios años, que pone a las empresas pesqueras y las asociaciones locales en «una situación muy crítica», apunta el comunicado de Europêche. «Sin suficiente pescado, la infraestructura de la pesca comercial no puede seguir funcionando a un nivel económico viable. Ya cerraron dos cooperativas locales en Alemania. Es probable que le sigan otros y que se produzcan cambios estructurales graves. Esto también debería estar sujeto a una gestión responsable», subrayó Peter Breckling.

Desde la gran patronal europea de la pesca lamentan «las campañas de desinformación sobre el estado de la población de bacalao», esas que apuntan a que podría estar en peligro de extinción biológica, cuando en su opinión, «antes de que una población de peces marinos pueda extinguirse biológicamente, las empresas pesqueras irían a la quiebra».

«Después de una reducción significativa de la capacidad de la flota en todos los estados bálticos y una pesquería en línea con los dictámenes científicos, es realmente extraño culpar a la 'sobrepesca' como el principal impulsor de la situación actual», sostiene Breckling. Y lo justifica señalando que «la mortalidad natural del bacalao es de 3 a 4 veces mayor que la mortalidad por pesca, lo que significa que el deterioro de la población de bacalao se debe en gran medida a las malas condiciones de oxígeno, la migración de sus presas y los altos niveles de infestaciones de parásitos causadas por el crecimiento descontrolado de las poblaciones de focas». Sin embargo, «los pescadores siempre pagan el precio».