«Un bo patrón de pesca pode cobrar máis que o presidente da Xunta ou do Goberno»
PESCA Y MARISQUEO
Mandos de barcos y mujeres del mar comparten sus experiencias con adolescentes en Burela, animándolos a estudiar y a trabajar en el sector
22 oct 2021 . Actualizado a las 04:45 h.A la flota pesquera española le faltan tantos patrones y jefes de máquinas que los armadores se los disputan. Adolescentes que quieren encauzar su futuro se preguntan en qué podrían trabajar y cuánto ganarían. Cerca de un puerto tan pujante como Burela, que el mar puede ser una opción quedó claro este jueves, cuando cuatro hombres y tres mujeres del mar les contaron a unos cien alumnos de entre 15 y 16 años cómo viven sus profesiones. Animándolos, primero a estudiar y a formarse lo mejor posible, les sugieren no descartar la pesca porque, por ejemplo, «un bo patrón pode cobrar máis que o presidente da Xunta o ou do Goberno e durante máis tempo», pues no depende de las urnas y en el sector les garantizan a los titulados empleos con futuro.
Tanto preguntaron por los salarios algunos de los estudiantes de 4 º de ESO en los institutos de Burela, que así les respondió Diego González, de unos 40 años, copropietario de arrastreros de litoral en Burela y patrón en uno de ellos. María Caldeiro, gerente de Fundamar (Fundación para la Pesca y el Marisqueo), puso cifras. Depende de cuánto capturen y de cómo cotice el pescado, pero les contó que un patrón de altura o gran altura puede ganar unos 120.000 euros al año y un jefe de máquinas, 80.000. Son medias que maneja como responsable del proyecto Redmar, de promoción de la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres en la flota del Atlántico noroccidental.
Con esas cantidades, hay mandos de pesqueros que superan los 78.000 euros del salario del presidente de la Xunta y los 98.000 asignados al titular del Gobierno español. Cierto que no viven igual; entre otras razones, por la lejanía de los seres queridos, reconoce Carlos Eijo, de unos 51 años, patrón de un palangrero de superficie que faena en Namibia y antes armador. Él, que se siente «moi ben pagado» porque trabaja 4 meses y descansa otros 4, combate la morriña desayunando casi a diario con sus hijos desde el mar, por videoconferencia.
Buen ejemplo de cuánto han mejorado las condiciones de vida y de trabajo a bordo, recalcó Raúl Canoura, armador y patrón de un barco de Gran Sol, quien con 60 años está jubilado después de trabajar desde los 13 en la pesca, pero aún vuelve al mar para relevar al mando de su barco.
Igual que otro patrón y armador de arrastre de litoral retirado, José Ramón López, de unos 57 años. Pese a perder a su padre en el mar cuando tenía 13 años, de su profesión como pescador se queda con «as boas experiencias dunha vida que non é tan dura como din os políticos».
Así lo percibe la joven coruñesa Victoria Solar, quien espera una oportunidad para completar las prácticas de mecánica naval que hizo en barcos de Burela tras estudiar un ciclo de FP dual en la Laboral de Culleredo.
Carmen Abad, «mariñeira de baixura» en Burela, con horario laboral «de funcionaria» porque trabaja por las mañanas y salitre en el 90 % de su sangre, vive cada día de pesca como una aventura distinta, «un subidón».
Siete testimonios de un intento de alentar el relevo generacional en la pesca promovido por la Organización de Productores Pesqueros de Lugo y dirigido por su gerente, Sergio López, en colaboración con Armadores de Burela. Enrique Covelo, director de la Escola Náutico-Pesqueira de Ferrol, y Miguel Pena, de la Laboral de Culleredo, lo completaron detallando la formación que ofrecen, incluida opción a residencia.