Galicia ve peligrar 400 empleos en pesca si la UE no frena los recortes de cuotas
PESCA Y MARISQUEO

Solo la rebaja planteada para la merluza supondría pérdidas de 23 millones
10 dic 2021 . Actualizado a las 04:45 h.Es cierto que los tajos que acostumbra a sugerir Bruselas en la actividad pesquera se ceban este año con el Mediterráneo, donde se plantean unas rebajas en los días de pesca «inasumibles», a juicio del sector y de la Administración. Pero eso no quita que Galicia esté nerviosa porque la propuesta de la Comisión Europea vuelve a enseñar la tijera a especies de gran interés comercial para su flota. Recortes que lloverían sobre recortes y que, según un informe elaborado por la Universidade de Santiago para cuantificar el impacto socioeconómico de las sugerencias que llegan de la capital belga, amenazan este año a 400 empleos en el sector pesquero y pueden mermar el negocio en 34 millones de euros, que serían 700 puestos de trabajo y casi 70 millones en las pérdidas acumuladas desde el 2019.
Suficiente para justificar el nerviosismo. Inquietud que gana en tamaño porque, por primera vez en mucho tiempo —desde el 2017— no será Galicia la encargada de representar a las comunidades autónomas en el Consejo de Ministros de Agricultura y Pesca en el que se fijarán los totales admisibles de capturas (TAC) y cuotas del 2022. Le corresponde por turno a Andalucía. Será Carmen Crespo y no la conselleira Rosa Quintana la que estará al lado del ministro Luis Planas. Y aunque una delegación gallega posiblemente encabezada por Quintana se desplazará a Bruselas, también ha hecho llegar a su homóloga andaluza y al ministerio ese informe, que el 30 de noviembre pasado ya dejó en la mesa de la directora general de Asuntos Marítimos y Pesca (DG-Mare), Charlina Vitcheva, y que certifica el desastre para la flota gallega.
Áreas más afectadas
Una hecatombe con epicentros claros. Celeiro y Burela en el caso de la merluza, no en vano esa especie constituye el 71 y el 42 %, respectivamente, de las descargas que reciben. Recibirían, por tanto, el mayor golpe de esa pérdida de ingresos de 23 millones de euros que calcula el equipo de Economía Pesqueira de la USC. Esa caída en la facturación ascendería a 60 millones si se acumulan las pérdidas desde el 2019 y a 500 puestos de trabajo destruidos, tras sumar los «200 do próximo ano», explica Mar en un comunicado.
Portosín, Malpica y Camariñas serían la zona cero si se fragua el recorte programado para el jurel (-16 %), pues concentran el 60 % de las ventas de Galicia. Y el cerco sería la flota más golpeada por los casi 8 millones de euros y 126 empleos que se perderían con respecto a este año. En el acumulado, el retroceso es menor —7,3 millones y 112 puestos de trabajo—, porque hubo incrementos de cuota en ese lapso de tiempo.
Vigo y sus arrastreros de Gran Sol también forman parte de esa geografía del cataclismo, pues esta especie acapara el 23 % del volumen de descargas en lonja y el 36 % de la facturación. Con la rebaja que plantean los científicos —tope que asumirá Bruselas si no pacta otra cosa con el Reino Unido—, vería mermado en 2,6 millones de euros la facturación —3,5 si se suman las pérdidas desde el 2019—. En cuanto al empleo, afectaría a medio centenar de trabajadores, a los que habría que sumar los cien que ya se han destruido desde el 2019.
Postura de España
Galicia lleva ganado que también Planas cree que el recorte que se plantea para la merluza es «inasumible». Ya se ha reducido el TAC a la mínima expresión y van muchos años de aplicar el enfoque precautorio, por lo que aboga por dejar el cupo actual a la espera de una evaluación fiable del stock. Tampoco comulga con las rebajas para lenguado y jurel, ni con el cierre de la cigala, pues es posible pescar más sin por ello dar al traste con la sostenibilidad biológica.
Con todo, es el Mediterráneo lo que trae de cabeza al Gobierno español. Planas tratará de demostrar que se sigue a pies juntillas el plan plurianual diseñado para avanzar hacia la explotación sostenible de ese caladero, pero que es posible llegar a esa meta con las «medidas de selectividad aplicadas por España para la recuperación de los recursos», pues en sus primeras valoraciones están dando resultados muy positivos y permiten equilibrar los objetivos ambientales con los aspectos sociales y económicos y el mantenimiento de la rentabilidad de la flota.
Bacalao, merluza y rayas complicaban conseguir un pacto con el Reino Unido a un día del plazo marcado
De acuerdo con las reglas que el Reino Unido y la Unión Europea se han marcado para fijar los totales admisibles de capturas (TAC) y cuotas de los stocks de especies que comparten en el Atlántico, ambas partes deben llegar a un pacto antes del 10 de diciembre. Ayer, escaso día y medio de que se agotase el plazo, el jefe de la negociación por parte de la Comisión Europea, Fabrizio Donatella, se tomó un respiro en las intensas negociaciones para contar a los miembros de la Eurocámara el estado de las negociaciones. Pero poco pudo contar. Solo que el Ejecutivo confía en cerrar un acuerdo de TAC y cuotas y que en ello están poniendo todo su empeño unos y otros. No obstante tampoco descartó un cierre exitoso. «No sé si de hoy a mañana se conseguirá un acuerdo, pero hay buena atmósfera y buena voluntad», dijo el representante de la Comisión.
Aludió a la complejidad del proceso, que es bilateral con el Reino Unido y, a la vez, trilateral con Noruega, sin olvidar tampoco que el domingo arrancará la negociación interna entre los Veintisiete. Admitió que de los 65 stocks de más interés para ambas partes, hay profundas diferencias en el bacalao, la merluza y las rayas, así como en la caballa, aunque la gestión de esta especie ya casi entra en el rango de geoestratégica.
Donatella dijo comprender la inquietud de los pescadores, pero se disculpó por lo inédito del proceso, que seguro se agilizará en los próximos años.