
Redobla su apuesta por la eliminación de descartes y el control electrónico, y el eurocomisario Sinkevicius insiste en proteger especies y hábitats, pese a reconocer «tendencias más positivas»
13 jun 2022 . Actualizado a las 08:52 h.Para trazar la hoja de ruta de la gestión pesquera en la Unión Europea (UE) y perfilar las posibilidades de capturas del 2023, la Comisión recogerá hasta finales de agosto «puntos de vista» de los Estado miembros, de los consejos consultivos, de la industria, de las oenegés y de los ciudadanos interesados. A final de año, basándose en el asesoramiento científico, acabará el proceso que arranca ahora con dos premisas que incidirán en la flota gallega y la española: la Comisión redobla su apuesta por el veto a los descartes y el control electrónico y por la protección de especies y hábitats sensibles.
«Después de muchos años de trabajo, estamos viendo tendencias positivas: más peces en el mar, creciendo hasta la madurez, menos combustible utilizado durante la captura y técnicas utilizadas con menor impacto ambiental», admite Virginijus Sinkevicius, eurocomisario de Medio Ambiente, Océanos y Pesca.
Aun así, insiste en «mantener nuestros esfuerzos en todas las áreas, pero especialmente en el Báltico y el Mediterráneo, y debemos hacer un mejor trabajo protegiendo las especies y los hábitats sensibles, ya que a largo plazo esto nos traerá más pescado a la mesa y comunidades pesqueras más prósperas». Al mismo tiempo que llama a la industria y a los Veintisiete a apoyarlo para lograr esos objetivos, expresa otro reconocimiento al sector: «Los pescadores y las mujeres, y en particular la generación más joven, ahora son conscientes y están más dispuestos a seguir los consejos científicos sobre la cantidad de las capturas y las especies sensibles que necesitan protección».
Citando evaluaciones de agencias científicas independientes, en su comunicación pública «Hacia una pesca más sostenible en la UE: estado actual y orientaciones para el 2023», la Comisión pone el acento en «que los esfuerzos de conservación están dando más frutos y que la política pesquera de la UE ha contribuido a reducir la sobrepesca en aguas europeas». Especialmente en el Atlántico nororiental, en parte de cuyos caladeros faenan barcos gallegos, donde las poblaciones de peces se encuentran, «en promedio, dentro de los niveles que ofrecen los rendimientos sostenibles más altos en el futuro», el rendimiento máximo sostenible que tantos quebraderos de cabeza le ha dado al sector.
Representantes de la Comisión, del Consejo Europeo y de la Eurocámara continúan negociando los detalles del nuevo reglamento de control pesquero, el que tanto inquieta a la bajura y al marisqueo gallegos por la geolocalización y la declaración telemática de capturas. A la espera de los resultados de esas negociaciones, la Comisión ratifica su llamada a los Estado para reducir los descartes implantando en sus flotas «herramientas de control modernas y adecuadas, como los sistemas de seguimiento electrónico a distancia, que son los medios más eficaces y rentables para controlar la obligación de desembarque» de todos pescados gestionados mediante TAC (tope admisible de capturas) y cuotas.
Y recalca que los Gobiernos de los distintos países «deberán intensificar la aplicación y el cumplimiento de la obligación de desembarque y eliminar los descartes evitando capturas no deseadas»; o sea, mejorando la selectividad de los aparejos.
En el momento de elaborar esta información, la Comisión todavía no había abierto el portal de la consulta pública en la que recogerá las opiniones de todos los interesados en las cuotas pesqueras del 2023.