El veto a la pesca de fondo en 94 áreas echa a mil barcos de caladeros tradicionales
PESCA Y MARISQUEO
La flota se arma de argumentos para rebatirlo y llama al diálogo a la Comisión Europea
01 jul 2022 . Actualizado a las 11:32 h.«Comprendemos y apoyamos el cierre de áreas donde existen ecosistemas vulnerables» para proteger los océanos y la biodiversidad, recalca Iván López, presidente de la Alianza Europea de Pesca de Fondo (EBFA, por sus siglas en inglés). Pero no con «lagunas científicas y sin evaluar las enormes consecuencias socioeconómicas para los pescadores y para la seguridad alimentaria». Por eso, al mismo tiempo que se arma de argumentos, la flota llama al diálogo a la Comisión Europea, decidida a prohibir toda la pesca de fondo en 94 áreas de una extensa franja que va del golfo de Cádiz a la altura de Glasgow (Escocia), recorriendo los cantiles de España, Portugal, Francia e Irlanda. Ahí, en esas zonas de aguas nacionales donde remata la plataforma continental, en profundidades de entre 400 y 800 metros, se sabe o se supone que hay hábitats sensibles de corales, esponjas o plumas. Por preservarlos, serán expulsados de «caladeros tradicionales» cerca de mil barcos españoles, franceses, irlandeses, portugueses y británicos, y sus más de 10.000 tripulantes.
Son los directamente afectados, porque ese veto a todos los artes de fondo, fijos o de arrastre, de anzuelo o de red, repercute en el conjunto del sector y en el medio marino, pues esos se desplazarán donde ahora pescan otras modalidades, recalca Iván López. De los más perjudicados por una prohibición que se aplicaría a final de año, porque la Comisión Europea debe consultar al Reino Unido, barcos gallegos y españoles que faenan en las aguas francesas e irlandesas conocidas como Gran Sol, donde se concentran dos tercios de las 94 áreas.
De Gran Sol al golfo de Cádiz
Ahí pescan merluzas, palometas, alfonsinos o bertorellas palangreros de fondo, pero también volanteros, unos 60 de bandera nacional y unos 80 con pabellón francés, irlandés o británico.
Estimaciones compartidas por el sector apuntan que otros damnificados en esas aguas serían más de 200 barcos franceses y más de 100 de irlandeses. A todos esos se sumarían parte de los mil barcos británicos que operan en caladeros compartidos.
También son gallegos muchos de los casi 200 españoles que pescan con arrastre, palangre, volanta o rasco en el litoral gallego y del Cantábricos, donde se cerrarán una docena de áreas.
De la flota de litoral española, la peor parada es la del golfo de Cádiz y su entorno, donde se prohibirá la pesca de fondo en una quincena de zonas. Ahí perderían caladeros históricos unos 130 arrastreros y alrededor de 150 de artes menores, según cálculos compartidos por el sector.
Ni Iván López ni los pescadores a los que representa entienden por qué el eurocomisario Virginijus Sinkevicius, responsable de Medio Ambiente, Océanos y Pesca, porfía en imponer esas vedas después de que el Consejo Europeo se inhibiese sobre su propuesta con una inusual «no opinión». Entre otros motivos, porque, pese a ese pronunciamiento de los Estados, la Comisión decide en aguas nacionales de cuatro países con el rechazo «razonado y documentado» de dos de ellos, España e Irlanda, la abstención de Portugal y el apoyo de Francia, uno de los catorce síes, pero otros nueve países se abstuvieron y dos no participaron.
«Respuesta documentada»
Al presidente de la EBFA le parece «totalmente innecesario ese sostenella y no enmendalla, no sabe leer el mensaje que le ha mandado el Consejo». Alude a Sinkevicius y a su directora general de Pesca y Asuntos Marítimos, Charlina Vitcheva, quien, en una carta a los Ejecutivos estatales de los Veintisiete, parecía dar por hecho que el Consejo respaldaría la prohibición de toda la pesca de fondo. «A bajo costo para los pescadores y con la máxima protección» para los ecosistemas, sostenía, si bien Sinkevicius admite en su único pronunciamiento público hasta ahora que «requiere un gran esfuerzo de nuestro sector pesquero».
De momento, aunque la Comisión solo le concedió catorce días a los Veintisiete y al sector para alegar contra su propuesta, el presidente de la EBFA explica que aprovecharán los dos meses que le da al Reino Unido para «consultar a técnicos y científicos, hablar con los Gobiernos nacionales y preparar una respuesta documentada» que permita prohibir la pesca de fondo solo donde se acredite necesario.