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Europa allana el terreno para que la quenlla acabe protegida como el marrajo

Somos Mar LA VOZ

PESCA Y MARISQUEO

Subasta en una lonja gallega de quenlla o tintorera, una especie en buen estado biológico y clave para la flota espadera
Subasta en una lonja gallega de quenlla o tintorera, una especie en buen estado biológico y clave para la flota espadera XAIME RAMALLAL

Eurodiputados de Medio Ambiente apoyaron su inclusión en la lista CITES, pese a los reparos de la FAO, porque a Panamá le parece que puede confundirse con otras especies

19 sep 2022 . Actualizado a las 08:18 h.

Los palangreros de superficie ya se ponen en lo peor. Y los funcionarios de la Administración española tiemblan con lo que se les viene encima. La propuesta de Panamá de incluir el tiburón azul (Prionace glauca), —conocido por quenlla o tintorera— en el apéndice II de la CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres) ha encontrado en Europa otro valedor: la Comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo.

 Antes ya se habían manifestado favorablemente los miembros del Consejo de la UE, que bendijeron que la quenlla quede inscrita en ese apéndice que incluye «las especies que no están necesariamente amenazadas de extinción pero que podrían llegar a estarlo si no se controla estrictamente su comercio».

Claro que los ministros lo hicieron antes de que el panel de expertos del Comité de Pesca de la FAO dejase en julio patente sus reparos a la iniciativa de Panamá por falta de sustento científico. Los eurodiputados de Medio Ambiente se pronunciaron a favor de controlar la comercialización de la tintorera aun conociendo la postura de los expertos en pesca de la Agencia de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Agricultura.

Cierto que falta la votación en el pleno de la institución comunitaria, pero «no gusta nada» el camino que está tomando la cuestión, apunta Javier Garat, secretario general de la patronal Cepesca. Es el mismo recorrido que emprendió el marrajo y el resultado es de sobra conocido: con fuertes límites a su comercio —que ocasionó un caos burocrático, toneladas de pescado bloqueadas y partidas destruidas— y una prohibición de captura en el Atlántico norte.

Pero lo del marrajo no va a ser nada en comparación con lo que puede conllevar que a la quenlla se le exige un certificado CITES para su comercialización. Porque el Isurus oxyrinchus suponer el 4 o el 5 % de las capturas de los espaderos, pero el Prionace glauca es la principal especie por volumen —que no en valor— para este segmento de flota, explica Sergio López, gerente de la Organización de Productores de Burela.  Ni que decir tiene que esas trabas al comercio van a suponer un duro varapalo para el sector, inmerso últimamente en campañas de promoción de una especie asequible, con excelentes propiedades gracias a que es rica en ácido hialurónico, aceites y escualeno y colágeno.

 Todo por una ocurrencia

Y todo por una ocurrencia de Panamá, no porque la situación biológica de la especie lo requiera, dicen. La propuesta panameña es la de incluir en la lista de especies protegidas a la familia de tiburones Carcharhinidae, incluida la quenlla y otros escualos pelágicos por su gran parecido y las dificultades para su distinción de otras 19 especies en peligro. Un argumento peregrino, al entender del sector, puesto que la tintorera y sus aletas se diferencian perfectamente de otros.

No es solo esa falta de base científica lo que desata las iras del sector por la decisión de los eurodiputados. Es que además no pueden estar más «descontentos porque se le siga el juego a un país como es Panamá, al que la UE le ha mostrado la tarjeta amarilla porque no es capaz de controlar la pesca ilegal».

Así las cosas, y a pesar de que «non se sostén ni no ámbito biolóxico nin no administrativo», advierte López, la secretaría de la CITES sigue con la propuesta inicial de Panamá y da de plazo hasta noviembre para presentar alegaciones.

En julio pasado, la directora general de Biodiversidad, Bosques y Desertificación, María Jesús Rodríguez, admitió en las séptimas jornadas internacionales de pesca de Orpagu, en A Guarda, que no hay personal suficiente en la Administración para gestionar el volumen de trabajo que supondría la inclusión de la tintorera en el apéndice II de CITES. Por tanto, se avecina el caos.

Los populares cargan contra socialistas y verdes por apoyar la moción de Panamá

El diputado gallego Francisco Millán Mon cargó contra sus homólogos «socialistas, verdes, liberales y de la extrema izquierda» porque, dice, con sus votos hicieron prosperar la propuesta de Panamá en la Comisión de Medio Ambiente de la Eurocámara.

El popular lamenta que el resto de grupos políticos ignorase los dictámenes científicos y de los expertos, que no recomiendan la inclusión de la tintorera en el apéndice II de al CITES. «Las recientes evaluaciones sugieren que los stocks de esta especie no están siendo objeto de sobrepesca y que se mantienen por encima del rendimiento máximo sostenible». Se remite, asimismo, al dictamen de la FAO que recoge que «este tiburón no está amenazado y que no necesita una mayor fiscalización comercial por estar ya está sujeta a múltiples medidas de gestión».

A las críticas se sumó el también eurodiputado popular Gabriel Mato, que recordó que la FAO también ha advertido de que la inclusión de la tintorera en CITES «puede producir un impacto socioeconómico global» que no ha sido tenido en cuenta.

«Una vez más, el PP se ha quedado solo en la defensa de la sostenibilidad social y económica del sector pesquero», dijo el eurodiputado canario, portavoz del grupo Popular Europeo en la Comisión de Pesca de la Eurocámara. La inclusión de la tintorera entre las especies protegidas se analizará en noviembre de este año en el seno de la CITES.