Acuerdo internacional por la pesca sostenible de krill en la Antártida
PESCA Y MARISQUEO
La UE y 26 países suscriben el pacto, pero queda pendiente aumentar las áreas protegidas
07 nov 2022 . Actualizado a las 07:10 h.La Unión Europea (UE) y 26 países acordaron fomentar la pesca sostenible del krill, un crustáceo en la Antártida, aunque no consensuaron la creación de más zonas de protección en el Polo Sur, informó este viernes la oenegé Pew Bertarelli Ocean Legacy Project. Delegaciones de estos países y de la UE finalizaron este viernes una reunión en el marco de la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA) que comenzó el pasado 24 de octubre en la ciudad de Hobart (Australia).
En un comunicado, Pew Bertarelli celebra el consenso para proteger al krill, pero recordó que es el sexto año consecutivo que la comisión no designa nuevas zonas de protección marítima en la Antártida. Este pequeño y apreciado crustáceo, utilizado para la fabricación de piensos para ganado y animales domésticos, es la principal fuente de alimento para pingüinos o ballenas y es crucial para preservar el ecosistema de la Antártida. Su pesca, valorada en unos 250 millones de dólares (254 millones de euros) anuales, según el grupo Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), provoca en algunos casos la muerte accidental de ballenas al quedar atrapadas en las redes, denuncian los ecologistas.
Desde la oenegé señalan que acordaron «un nuevo plan de trabajo para recopilar los datos necesarios para monitorear los impactos de la pesquería en los depredadores y el krill, que es clave para una nueva regulación que protegerá contra impactos irreversibles en el ecosistema», sobre todo en un escenario enl el que se espera que estos efectos aumenten a medida que el cambio climático afecte la región y la pesca de krill se expanda en la península Antártica.
En 2016, la comisión declaró como área marina protegida a una vasta zona de 1,55 millones de kilómetros cuadrados en el mar de Ross, en la Antártida. Sin embargo, hay propuestas de Argentina y Chile para declarar zonas protegidas en un área de 650.000 kilómetros cuadrados adicionales y de la UE en una zona de tres millones de kilómetros cuadrados.
Para proteger esta espectacular región y las especies que dependen de ella, Pew Bertarelli y sus socios «están trabajando con la CCRVMA y sus gobiernos miembros para garantizar una gestión pesquera eficaz y establecer una red de AMP a gran escala alrededor de la Antártida», apunta la oenegé en un comunicado.
Las áreas marinas protegidas propuestas para la Antártida Oriental, la Península Antártica y el Mar de Weddell protegerían 3,8 millones de kilómetros cuadrados (1.467.188 millas cuadradas) del océano Austral, «lo que contribuiría de manera significativa al objetivo de salvaguardar el 30 % de los océanos del mundo para 2030», añaden desde Pew Bertarelli. Así preservarían «las zonas críticas de alimentación y reproducción de especies que no se encuentran en ningún otro lugar del planeta». Esos espacios protegidos también ayudarían a los ecosistemas de toda la región a desarrollar resiliencia ante el cambio climático.
Los miembros de la Comisión de Conservación de Recursos Marinos Vivos de la Antártida
La CCRVMA, creada en 1982, está integrada por la Unión Europea (UE), Australia, Alemania, Argentina, Bélgica, Brasil, Chile, China, Corea del Sur, España, Estados Unidos, Francia, Holanda, Italia, India, Japón, Namibia, Nueva Zelanda, Noruega, Polonia, Rusia, Sudáfrica, Suecia, Reino Unido, Ucrania y Uruguay, además de Ecuador, su más reciente integrante. Otros países adherentes a la convención, pero que no la han ratificado, son Bulgaria, Canadá, Finlandia, Grecia, Islas Cook, Mauricio, Pakistán, Panamá, Perú y Vanuatu.