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Los científicos no comprenden del todo la mortalidad del bacalao en el Báltico

Somos Mar REDACCIÓN / LA VOZ

PESCA Y MARISQUEO

Un hombre pesca sobre el hielo del puerto de Vaasa (Finlandia), en el Mar Báltico
Un hombre pesca sobre el hielo del puerto de Vaasa (Finlandia), en el Mar Báltico OLIVIER MORIN

Sinkevicius considera «necesario aplicar plenamente la legislación medioambiental de la Unión Europea»

29 ago 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

A la flota española no le afectan directamente las decisiones de la Comisión Europea sobre el mar Báltico. Sin embargo, le prestan atención porque pueden indicar los rumbos en caladeros donde sí faena. Basándose en una «evaluación científica que indica que varías pesquerías se encuentran en una situación desesperada», acaba de proponer las cuotas para tres de las diez poblaciones de peces en «el mar más contaminado de Europa». Sugiere reducir un 20 % el arenque en el golfo de Riga, un 15 % el salmón en la cuenca principal y aumentarla un 7 % en el golfo de Finlandia. Para el bacalao oriental y occidental ratifica la prohibición de la pesca dirigida, aunque determinará el límite de «capturas accesorias inevitables» cuando reciba un nuevo informe científico.

Se lo ha encargado al Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES, por sus siglas en inglés) porque el bacalao «se pesca junto con peces planos». Para el bacalao occidental, cuya situación «es débil», la Comisión se decanta por prohibir también la pesca recreativa porque la biomasa el año pasado estaba «en los niveles más bajos». Este 2023 el máximo permitido son 489 toneladas de los recursos de bacalao occidental y 595 del oriental. 

«Importante mortalidad natural»

¿Por que tocó fondo la biomasa del occidental? «Probablemente se deba a una importante mortalidad natural, que los científicos aún no son capaces de comprender del todo», reconoce la Comisión. Y apunta «presiones adicionales, en particular por la pérdida de hábitat debido a una degradación del medio ambiente, tanto en las aguas interiores como en el propio Báltico».

Entre ellas, cita «el aumento de las temperaturas del agua, la contaminación, las enfermedades y el agotamiento del oxígeno, que afectan a la población de bacalao y limitan sus capacidades de recuperación». También por la «pérdida de biodiversidad, el cambio climático, la eutrofización (exceso de concentración de nutrientes), la sobrepesca y los niveles elevados de contaminantes como productos farmacéuticos y basura».

En ese contexto, Virginijus Sinkevicius, comisario de Medio Ambiente, Océanos y Pesca considera «necesario aplicar plenamente la legislación medioambiental de la Unión Europea». Entre otras razones, porque se declara «cada vez más preocupado por los efectos de la degradación del ecosistema del Báltico en las poblaciones de peces y las múltiples cadenas alimentarias que dependen de ellas».