La pesca española tiembla al ver vedas en Francia para proteger a los delfines
PESCA Y MARISQUEO
España espera no tener que aplicar medidas tan severas a la flota nacional
18 ene 2024 . Actualizado a las 22:00 h.Veintidós oenegés denunciaron en el 2019 a 15 países de la Unión Europea (UE) por no proteger a delfines y otros pequeños cetáceos de la pesca involuntaria. Al año siguiente, la Comisión Europea le abrió expedientes infractores a España y Francia, que les impusieron a sus arrastreros el uso de disuasores acústicos (pingers), entre otras medidas. Asesor científico de la Comisión, el Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES, por sus siglas en inglés) abogaba también por vedas en el golfo de Vizcaya y la costa ibérica. España las rechazó en el 2021, tras reforzar el cuidado de los delfines con observadores en pesqueros, videovigilancia remota y el registro obligatorio de las capturas. Cuando el ICES insistió este año en las vedas, los pescadores pronosticaron lo que prevé hacer Francia, aplicarlas. Y en España tiemblan, porque aunque esperan librar de medidas tan severas, la última palabra es de la Comisión.
De eso hablaron este miércoles dirigentes de la Secretaría General de Pesca, de las comunidades autónomas, del sector y del Instituto Nacional de Oceanografía (IEO). Analizaron la propuesta enviada por el Grupo de Alto Nivel sobre las Aguas Sudoccidentales a la Comisión y al Comité Científico, Técnico y Económico de la Pesca (STECF, por sus siglas en inglés). España, Francia, Portugal, los Países Bajos y Bélgica la suscriben, con idea de mitigar todo lo posible la pesca accidental de delfines durante los tres próximos años.
Arrastre, trasmallo y volanta
Francia cerraba el jueves la consulta pública sobre las paradas temporales obligatorias para parte de la flota con bandera de ese país, entre la que hay barcos propiedad de españoles. En principio, afecta al arrastre pelágico con puertas o a la pareja, al demersal a la pareja, al trasmallo y a la volanta, en barcos de más de ocho metros de eslora que carezcan de videovigilancia remota, pingers u otros ahuyentadores autorizados de delfines, como reflectores o balizas acústicas.
Que la cuenta atrás ya ha comenzado lo confirma la Secretaría de Estado del Mar francesa. A los barcos que no dispongan de esos equipos les prohibirá faenar dentro de sus aguas territoriales en la franja atlántica del 22 de enero al 20 de febrero, incluidos. Por ser la primera veda, el próximo año permite algunas excepciones. Cuando promulgue esa norma, le concede 15 días al Comité Nacional de Pesca Marítima y Acuicultura Marina de Francia para enviarle la lista de buques que pueden quedar exentos porque cuentan con disuasores o cámaras que registran las capturas. En todo, caso serán obligatorios en el arrastre, la volanta y el trasmallo a partir del 31 de octubre del 2024.
Además de los pingers, Francia también había reforzado antes la protección de los delfines con el embarque de observadores y la videovigilancia remota, así como con el registro obligatorio de capturas accidentales.
El STEFC y la Comisión
De ahí la preocupación española, porque la Comisión puede tomar como modelo el francés e imponerlo a todos. Quedó patente en la reunión del miércoles. Entre otros, participaron Mónica Corrales, Héctor Villa y Pilar Vara, de la Secretaría General de Pesca; así como dirigentes de todo el sector, como Juan Carlos Martín, de Productores Pesqueros de Marín; Hugo González, de Armadores de Vigo; Jesús Lourido, de Puerto de Celeiro; Aurelio Bilbao, de Productores de Pesca de Bajura de Vizcaya; Santiago Folgar, de Volanteros del Cantábrico Noroeste; o Sergio López, de Puerto de Burela; entre otros muchos. Con ellos, representantes de los gobiernos autonómicos de País Vasco, Cantabria, Asturias, Galicia y Andalucía, así como los científicos del IEO.
Desde el Grupo de Alto Nivel sobre las Aguas Sudoccidentales, lanzaron el pasado día 15 una recomendación conjunta para cumplir las exigencias de la Comisión en la reducción de capturas incidentales de delfines. Recoge las medidas adoptadas por Francia y por España, así como la investigación de nuevos disuasores. Ahora ha de revisarla el STECF y después la Comisión Europea le daría el visto bueno o la corregiría.
Más de mil vararon en las costas galas y 170 en las españolas
A la espera de que Francia consume las vedas, antes de final de año debería saberse si esas limitaciones espacio-temporales a la pesca también se imponen a la flota de bandera española. En principio, parecen descartadas desde Fisterra hacia el sur. No hacia el norte y menos en el golfo de Vizcaya, donde la mayor mortandad de delfines ligada a la pesca accidental se registra entre diciembre y abril.
Para reducirla, el ICES lanzó 15 propuestas en su último consejo. Insiste en «combinar cierres temporales [a la pesca] y pingers en el arrastre de pareja para mitigar las capturas accesorias fuera de los períodos de veda» en el golfo de Vizcaya y la costa ibérica. No ha evaluado el impacto socioeconómico por las vedas ni tampoco por el desplazamiento de barcos a otras zonas.
Calcula esa entidad científica que en el Atlántico nororiental puede haber 634.286 delfines. Para garantizar «la viabilidad a largo a plazo y el buen estado de conservación», cree que no deben morir más de 4.927 al año. Basándose en los varamientos, estiman que entre el 2019 y el 2021 fallecerían una media de 9.400 al año, casi el doble que los 5.938 registrados por los observadores y la videovigilancia remota.
Los últimos datos oficiales cifran en 1.490 los varamientos en las costas atlánticas francesas el pasado invierno, la mayoría delfines. La media anual en las españolas, entre el Bidasoa y el Miño, es de 172 entre el 2012 y el 2022, con un pico de 283 en el 2019, que desde entonces desciende.