Se adiestraban en Gran Sol y acabaron atendiendo a dos marineros enfermos
PESCA Y MARISQUEO
El buque-hospital Esperanza del Mar hacía maniobras de aproximación cuando se enteró de que dos pincheiros de Celeiro necesitaban asistencia
10 oct 2023 . Actualizado a las 18:35 h.Lejos de tierra, a merced del sempiterno oleaje en los legendarios caladeros de Gran Sol, siempre es bienvenida la ayuda, más cuando se trata de problemas de salud. Allí se adiestraba en maniobras de aproximación a pesqueros la tripulación del Esperanza del Mar, el buque-hospital más grande de España, cuando se enteró de que dos tripulantes de dos pincheiros de Celeiro (Viveiro) precisaban asistencia sanitaria. No por problemas graves, porque en ese caso serían trasladados a tierra, incluso en helicóptero, de ser necesario, pero estaban enfermos y les venía muy bien la atención profesional que el azar puso a su alcance.
Afortunada casualidad que permitió concretar el alcance de las lesiones de un tripulante del Anchousa y de otro, del Aveneira, dos palangreros de fondo con base en un puerto donde reina la merluza capturada en Gran Sol. Sucedió días atrás, a unas 130 millas (alrededor de 241 kilómetros) al oeste de Irlanda.
«Maniobras con mal tiempo»
El propio Instituto Social de la Marina (ISM) relató en sus redes sociales la singular historia protagonizada por su buque-hospital. Cuando el Esperanza del Mar navegaba junto a cinco pesqueros, «el capitán solicitó permiso a los patrones para realizar maniobras de aproximación con el bote de rescate para adiestrar a su tripulación en maniobras con mal tiempo», explica ese organismo de la Seguridad Social.
Durante esos ejercicios, desde el Anchousa y desde el Aveneira se hicieron sendas consultas radiomédicas porque en cada uno de ellos había un hombre con lesiones. Los médicos del Esperanza del Mar decidieron trasladarlos para atenderlos a bordo.
Uno hospitalizado
Como no urgía, optaron por esperar al día siguiente y, entonces, ya «con mejor estado de la mar», arriaron la lancha de rescate para recogerlos y trasladarlos al buque-hospital, continúa relatando el ISM en su perfil de X, la antigua Twitter. Al tripulante del Anchousa lo llevaron ese mismo día al pesquero donde faena. Sin embargo, al del Aveneira lo tuvieron «hospitalizado» hasta el día siguiente, cuando lo devolvieron a su barco.
Un ángel de la guarda del mar y dos barcos de los más cuidados
Con sus 97 metros de eslora y casi 18 de manga, el Esperanza del Mar es, literalmente, un pequeño gran hospital flotante, un ángel de la guarda del mar. Cuenta con quirófano, laboratorio, sala de cuidados intensivos o de exploraciones radiográficas, entre otros equipamientos, para que los facultativos afinen diagnósticos y, con el personal de enfermería, les brinden la mejor asistencia posible a los tripulantes.
El actual Esperanza del Mar fue botado en el 2001, aunque con ese mismo nombre ya funcionaba otro buque-hospital desde 1982. Entre los dos, en los últimos 41 años han atendido a unos 3.000 trabajadores y tiene informatizadas más de 13.000 historias clínicas, según la información oficial. Su misión, como ocurre con el barco asistencial Juan de la Cosa, es prestar atención sanitaria in situ a cualquier barco que lo solicite y se encuentre dentro de su área de cobertura, habitualmente en zonas donde se concentran pesqueros españoles.
El Anchousa y Aveneira son dos pincheiros (palangreros de fondo) de Gran Sol cuyo objetivo es la preciada merluza del pincho. Propiedad del Grupo Regal, una armadora de Celeiro que se caracteriza por el mimo a los barcos y a sus tripulantes, el Anchousa está operativo desde el 2007, mide 30,5 metros de eslora, tiene un arqueo de 287 GTs (toneladas) y un motor principal de 892 caballos, según el Registro General de la Flota Pesquera. A la misma empresa pertenece el Aveneira, sustituto del Brieiro y operativo desde el 2018, su longitud son 32 metros, su arqueo 321 toneladas y lo propulsa un motor de 654 caballos.