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Orpagu enrola exoesqueletos para facilitar el trabajo de los tripulantes

S. S. REDACCIÓN / LA VOZ

PESCA Y MARISQUEO

A la izquierda, el exoesqueleto elegido por Orpagu, cuyo presidente, Joaquín Cadilla (en el centro), lo presentó con la gerente Juana Parada en la planta frigorífica de Tui
A la izquierda, el exoesqueleto elegido por Orpagu, cuyo presidente, Joaquín Cadilla (en el centro), lo presentó con la gerente Juana Parada en la planta frigorífica de Tui Orpagu

Los equipos ayudan a cargar y mover peces pesados a bordo y en la planta frigorífica, donde estrenan cintas de clasificación semiautomáticas de quenlla y espada

01 nov 2023 . Actualizado a las 04:50 h.

Cargar o arrastrar piezas de pez espada o de quenlla que pueden pesar más de 50 kilos requiere un esfuerzo que suele pasar factura si lo hace una persona durante horas. A bordo de los palangreros de superficie, los barcos que las capturan, o en plantas frigoríficas como la que tiene en Tui la Organización de Palangreros Guardeses (Orpagu). Por facilitarles el trabajo a los tripulantes de su flota asociada y a los operarios de su factoría, dos años atrás emprendió el proyecto Autopesca. Para esa tarea, optó por los exoesqueletos, estructuras que se acoplan al cuerpo y reducen el esfuerzo de músculos y columna, mejorando las capacidades de quienes las usan y ayudándoles.

Porque la idea es enrolarlos en los pesqueros, ha elegido equipos aptos para emplear en espacios reducidos. Seleccionaron exoesqueletos existentes en el mercado, ya utilizados en los ámbitos sanitario y militar, en colaboración con el Centro Tecnológico de Automatización de Galicia (CTAG). Ahí los probaron, midiendo tiempo de trabajo, ritmo cardíaco del usuario, la respuesta muscular en la zona lumbar y la impresión sobre la comodidad. Se decantaron por el Apex, de HeroWear, un exoesqueleto que pesa 1,6 kilos y cuyo precio va de 1.000 y 2.000 euros. 

Clasificadoras y peladoras

Joaquín Cadilla y Juana Parada, presidente y gerente de Orpagu, lo presentaron este martes en un acto, en su planta frigorífica de Tui. Ahí, en colaboración con veteranos profesionales de la pesca, pulsaron antes sus sensaciones cargando, descargando y arrastrando piezas de entre 30 y 50 kilos. De momento el 60 % consideran que les ayuda a realizar su trabajo, añaden desde Orpagu.

Autopesca, el proyecto de automatización de procesos, también ha permitido desarrollar unas cintas de clasificación semiautomáticas por tallas y volúmenes de los pescados que captura la flota de Orpagu y procesa en su planta frigorífica. El CTAG lo ha diseñado y la empresa Josmar se ocupó de desarrollarlo.

Y otra innovación, pendiente de patente, ha sido la mesa de pelado asistido y servoautomático de quenlla, importante porque ahora requiere un operario especializado para un proceso manual laborioso y costoso. En desarrollo, Orpagu la explicará en los próximos meses.