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Dos meses de parada obligatoria en España para recuperar el jurel de Fisterra al norte

Somos Mar REDACCIÓN / LA VOZ

PESCA Y MARISQUEO

Son historia imágenes como esta, de un cerquero cargado de jurel en un puerto gallego
Son historia imágenes como esta, de un cerquero cargado de jurel en un puerto gallego E. MOUZO

Cerqueros y algunos barcos de artes menores podrán elegir si dejan de pescar en enero, febrero o diciembre, y armadores y tripulantes serán compensados

16 ene 2024 . Actualizado a las 04:48 h.

En lo que va del siglo XXI, nunca se vendió menos jurel en las lonjas gallegas que durante el 2023, el primer año en el que la Comisión Europea prohibió la pesca dirigida de ese pelágico desde Fisterra hacia el norte. Tampoco se permite en el 2024, con lo cual el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación se propone establecer dos meses de veda obligatoria, no voluntaria, como el año pasado, a cerqueros y algunos barcos de artes menores. Si no varía una norma a consulta, podrán elegir dejar de faenar entre enero, febrero y diciembre. Armadores y tripulantes recibirán compensaciones económicas.

Una veda «espacio temporal con carácter obligatorio» con la cual Pesca pretende contribuir a recuperar el Trachurus trachurus. Un informe del Instituto Español de Oceanografía (IEO) constata que las poblaciones de jurel «se recuperan significativamente, en términos de biomasa disponible, principalmente durante los meses de diciembre, enero y febrero». En dos de ellos, a elegir, «se prohibirá el acceso» de la flota a la zona 8c, aguas nacionales entre Fisterra y la desembocadura del Bidasoa, en la frontera con Francia.

Concentrar la parada de la flota en ese período contribuiría a «evitar la mortalidad por pesca en ejemplares pequeños y permitir que un mayor número puedan llegar a la edad de maduración», dice el borrador de la orden ministerial. También prevé indemnizar a los pescadores con dinero del Fondo Europeo Marítimo de Pesca y Acuicultura (Fempa).

La relación de barcos que deberán dejar de pescar la publicará el ministerio. El criterio para decidir cuáles se basa en su dependencia de las capturas de jurel, establecido en base a las de los tres últimos años, así como lo que representan sobre las totales del barco. Durante la parada voluntaria del año pasado, Pesca consideró altamente dependientes de ese pez pelágico a 86 barcos, 71 de ellos gallegos, la mayoría cerqueros, pero también algunos de artes menores que pescan con racú. 

En el segundo año con el jurel restringido desde Fisterra hasta Noruega, la flota española solo dispone, exclusivamente para capturas accesorias, de 1.878 toneladas en el litoral gallego y en el resto del Cantábrico y de 1.303 en los caladeros comunitarios, con opción a trasvasar hasta 1.042 de estas últimas a aguas nacionales. Sin embargo, de Fisterra hacia el sur sí está permitida la pesca dirigida y, de hecho, la cuota nacional sube en el 2024 hasta 43.032 toneladas.

Nunca se vendió menos jurel en Galicia

El recorte de las cuotas de esa especie en el 2023 golpeó «especialmente en términos socioeconómicos, al cerco y a artes menores en el Cantábrico y noroeste, al tener una importante dependencia de las capturas de jurel», constata Pesca.

Datos de PescadeGalicia acreditan el impacto en las lonjas gallegas. Las 10.302 toneladas del año pasado representan casi la cuarta parte de las 38.568 del 2019 y un tercio de las 31.949 del 2020. Excepturando el 2023, en lo que va de siglo nunca se había bajado de las de las 15.441 del 2012 y de las 15.816 del 2022. Si bien el precio por kilo subió hasta 1,23 euros, no compensó la caída de capturas: el año pasado la facturación rozó los 12,7 millones de euros, 5 menos menos que en el 2022, 6 menos que en el 2021, 14 menos que en el 2020 y 15 menos que en el 2019.