La flota del pez espada lamenta que la caída de precios en origen no beneficie a los consumidores
PESCA Y MARISQUEO
Los productores propondrán al Gobierno un precio mínimo de retirada del pescado para no abocar a los barcos al desguace
26 ago 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Cuando se normalizó la comercialización de los productos pesqueros tras las turbulencias provocadas por la pandemia del covid, el precio pez espada, que captura pieza a pieza la flota palangrera gallega de altura y gran altura, cotizaba en origen a un promedio de 10 euros el kilo. Corría el año 2022 y de aquello no queda ni un destello. A partir de la mitad del 2023, la cotización del espada fue cayendo progresivamente hasta alcanzar mínimos actuales de 3,5 euros el kilo, aunque este desplome no se ha trasladado a los mostradores de consumo, donde se paga hasta 22 euros el kilo, es decir, seis veces más.
Los productores han hecho sonar las alarmas tras acumular varios meses en pérdidas y demandan que se corrija la brecha, que la caída de precios repercuta también en los consumidores para hacer el producto más asequible para todos los bolsillos que ayude a aumentar la demanda.
«Hai moita preocupación porque os barcos non están facturando o suficiente para cubrir gastos», apunta Sergio López, gerente de la OPP-7 Burela que agrupa 18 buques, y remarca que el precio en origen del espada está actualmente «por debaixo da metade de hai só dous anos».
Las principales organizaciones del sector que faena al pez espada, tintorera y marrajo —OPP-7 Burela, Opnapa, Opromar y Orpagu— ya se reunieron a principios de mes para poner en común medidas con las que afrontar la crisis. Estas pasan —sostienen— por incrementar los niveles de consumo de pescado.
La alternativa de continuar faenando a pérdidas no la ven viable, especialmente cuando aprecian que al mercado están entrando importantes contingente de pez espada de India, Taiwán e Indonesia. Con todo, los productores también propondrán al Gobierno de cara a septiembre que aplique la normativa prevista para estos y fije un precio mínimo de intervención, a partir del cual el pescado es retirado del mercado y la Administración sufraga los costes de su almacenamiento. «Es esto o abrazar la perspectiva del amarre o el desguace», advierten desde Orpagu.
Juana Parada, gerente de Orpagu: «Ahora mismo los barcos faenan a pérdidas y así no pueden resistir»
D. S. Redacción / La Voz
La gerente de la Organización de Palangreros Guardeses (Orpagu), Juana Parada (Ribeira, 1979), sostiene que el sector que faena al pez espada está «con el agua al cuello» y llama a tomar medidas que acompasen la oferta a la demanda para evitar el desplome de precios que sufren.
—¿Qué impacto está teniendo esta caída de precios?
—Ahora mismo los barcos están faenando a pérdidas, no se cubren los costes de explotación, y así no pueden resistir. Podría haber margen para aguantar un tiempo, pero si se alarga, las armadoras se van a ver ahogadas, porque tienen que lidiar con su financiación y el aumento de costes como los combustibles.
—¿A qué se debe la caída de su cotización?
—A varios factores, pero el motivo de fondo es la caída del consumo. Lo notamos especialmente en el canal Horeca, que surte a la hostelería, y en países como Italia, ocurre algo similar. Esto genera un efecto dominó.
—¿No consume tanto pescado la población?
—No, hay un descenso que es todavía más importante entre los jóvenes y eso está provocando una brecha injusta, porque cae el precio en primera venta, hasta los 3,5 euros el kilo del espada, pero no el precio final de venta al público, que puede ser seis veces superior. Tenemos que trabajar para rebajar esa brecha.
—¿Cuál es el precio mínimo al que tiene que venderse el pez espada para cubrir los costes de la flota?
—Todo lo que sea vender por debajo de los 5,5 o 6 euros el kilo significa ir a pérdidas, e insisto, se está vendiendo por debajo de los 4 euros y eso es inasumible.
—¿Qué pueden hacer el sector o la Administración para resolver este problema?
—Lo primero es convertir la salud en una cuestión de Estado, porque tenemos claro que el consumo de proteína de pescado tiene muchos beneficios para la salud. Y desde el sector también tenemos un trabajo que realizar para ofrecer el producto en otros formatos más acordes a los hábitos de consumo actuales.
—¿Hay algún modelo a seguir?
—Tenemos el del salmón noruego que está sabiendo ocupar el nicho con buena promoción y ofreciendo formatos más acordes al gusto actual, piezas monodosis y sin espinas. Nosotros tenemos que hacer esa labor.