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La «misteriosa» desaparición del lirio trae de cabeza a los arrastreros gallegos

S. Serantes REDACCIÓN / LA VOZ

PESCA Y MARISQUEO

Un arrastrero gallego de litoral en plena faena de recogida del aparejo (foto de archivo)
Un arrastrero gallego de litoral en plena faena de recogida del aparejo (foto de archivo)

Capturas y facturación caen un 93 y un 75 % respecto a los últimos diez años, y el precio medio en lonja sube a 4,10 euros

26 ene 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

A la espera de las posibles explicaciones científicas, para los pescadores es un «misterio». Desconocen por qué en las últimas semanas el lirio parece haber desaparecido del litoral noroeste. Bacaladilla en castellano porque es un pariente lejano del bacalao, el Micromesistius poutassou trae de cabeza a los arrastreros de litoral, sobre todo a los que faenan en pareja. Clave en los ingresos de armadores y tripulantes, las capturas y la facturación se han desplomado. Cifras oficiales confirman que en lo que va del 2025 se han vendido poco más de 67.000 kilos, que han generado unos 280.000 euros. Muy poco, comparado con la media de los diez años anteriores a estas alturas de enero: 953.000 kilos y 1.092.000 euros.

Tripulantes de arrastreros y dirigentes del sector consultados no saben por qué «falla o lirio», si bien todos confían en que sea una situación puntual y, sobre todo, esperan que se resuelva pronto. De momento, los datos de PescadeGalicia, la plataforma de la Consellería do Mar, revelan que en las lonjas gallegas solo se ha subastado el 7 % del promedio de las primeras semanas de enero entre el 2015 y el 2024. Por la escasez, el precio medio por kilo ha subido hasta 4,10 euros, más del doble, atenuando algo la caída de facturación, el 75 % respecto a los diez años anteriores.

El impacto del cambio climático

«El efecto combinado de la ola de calor marina sin precedentes que sufre el Atlántico norte y el calentamiento de los mares, unido a la aceleración del cambio climático, podría afectar significativamente a especies emblemáticas de peces pelágicos», expresamente la bacaladilla y la xarda. Lo advertía tiempo atrás la oenegé Marine Stewardship Council (MSC), que con sus certificados dice establecer «el estándar mundial de la pesca sostenible».

Habitante de fondos arenosos, los científicos explican que el lirio sube de noche a la superficie para alimentarse y migra de norte a sur, al son de las corrientes asociadas a su reproducción. La subida de la temperatura del mar, «puede limitar su capacidad de desove y provocar un descenso en el número de peces, lo cual afectaría de forma significativa a los ecosistemas oceánicos y al suministro de productos pesqueros», apuntaban desde MSC.

Si las capturas de este pescado no se recuperan, se resentirían todavía más las economías de la cadena, desde los armadores y los tripulantes hasta los pescaderos. Sobre todo en puertos como Ribeira, el reino del lirio en Galicia por los 26 arrastreros de litoral que tienen base ahí y por ventas y facturación en la lonja. También afectaría a los otros 22 de bandera nacional, repartidos por Marín, A Coruña, Burela, Celeiro, Muros, Muxía y Bueu.

El año más pésimo fue el 2011

Aunque en el arranque del 2025 se ha agudizado, la bacaladilla ya fue a menos en Galicia el año pasado, cuando se subastaron 18,90 millones de kilos, un 25 % por debajo del 2023, el máximo del siglo, con 25,26, según PescadeGalicia. Tras acabar con 9,36 el 2010, casi la mitad de los 17,11 del año anterior, el 2011 se cerró con el pésimo balance de 1,27 millones de kilos. Se multiplicaron por casi cinco en el 2012, hasta 5,89, y estos se duplicaron en el ejercicio siguiente. Entre el 2014 y el 2022 oscilaron entre 19,12 y 24,97.

Inicialmente, la flota española puede capturar este año en aguas nacionales del Cantábrico y del Atlántico 44,60 millones de kilos de Micromesistius poutassou, un 5,41 % menos que en el 2024. Que resulta clave para los 48 arrastreros gallegos de litoral y para los otros 13 del noroeste lo confirma que el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación les asigna casi 41 millones de kilos. A esa cuota se suman en caladeros comunitarios otros 54,79 millones de kilos, un 16,5 % menos.

Uno de los pescados «humildes» que el año pasado duplicó precio en las lonjas

Considerado de los «humildes» porque suele ser asequible, el lirio continúa entre los productos frescos del mar más baratos, si bien ya supera los seis euros el kilo en pescaderías. A la disminución de las descargas atribuyen pescadores y pescaderos que el año pasado duplicase precio en las lonjas respecto al anterior. Sin el 10 % de IVA ni tasas que rondan el 3 %, cotizó a 1,04 euros el kilo, casi el doble que los 59 céntimos de media del 2023 y 25 céntimos más que el promedio de este siglo. En lo que va de mes ya se paga a más de 4 euros.

Una de las razones de la diferencia entre el precio en origen y el que abona el consumidor la explican pescaderos. Su carne blanda y su pequeño tamaño complican la conservación de este delicado pescado blanco. Además de los costes de personal y logísticos, marcan tarifas calculando la posibilidad de tener que desecharlo debido a la corta vida útil del lirio y a su pérdida de valor a medida que pasan las horas. 

Ribeira, A Coruña y Celeiro

Ribeira, el principal mercado del lirio en Galicia, ilustra la merma de capturas. Cerró el 2024 con 10,54 millones, 38 % menos el ejercicio anterior. En primera venta, el kilo se pagó ahí a una media de 1,08 euros. Supera en 14 céntimos a la lonja de A Coruña, que mantuvo su oferta, con 6,02 millones de kilos, poco menos que los 6,22 del 2023 y una cotización de 0,94 euros. Similar ha sido el balance en el tercer referente autonómico, Celeiro, que rozó los 997.000 kilos, a una media de 1,12 euros, casi el doble que los 0,65 del 2023, cuando comercializó 1,04 millones de kilos.