La escritora Ana María Matute asegura que no le gusta que le «encasqueten el sombrero de escritora de la infancia». La autora clausuró ayer en El Puerto de Santa María la séptima edición de los Encuentros con la Poesía de la Fundación Rafael Alberti.
28 jul 2000 . Actualizado a las 07:00 h.Matute, que participó en un coloquio con los asistentes a los encuentros, reconoció que para ella la infancia «es muy importante porque marca». «No es una etapa de la vida, es un mundo cerrado, redondo, como una naranja sabrosa y un día te arrojan de ese mundo», agregó. La autora de Aranmanoth recordó en la charla su discurso de entrada en la Real Academia de la Lengua Española, titulado En el bosque, en el que hizo una «exaltación de la fantasía», y comentó que desconoce por qué a los cuentos les llaman «de hadas», ya que en ellos «de vez en cuando sale un hada, pero es la voz del pueblo». Sus primeros ídolos literarios fueron los hermanos Grimm y Hans Christian Andersen, precisamente porque en sus cuentos «recogieron la voz del pueblo».