Denzel Washington recupera la ilusión con su debut como director de cine

César Wonenburger A CORUÑA

TELEVISIÓN

CLAUDIO PAPI

«The Antwone Fisher Story» recibe excelentes críticas en EE.UU. y fue aclamada en el Festival de Toronto El actor abre nueva etapa profesional como responsable de un intenso drama social

17 feb 2003 . Actualizado a las 06:00 h.

Hace unos años, el actor Denzel Washington, en plenitud de facultades y con el éxito sonriéndole tras cada nuevo proyecto profesional, pensó seriamente en abandonar su carrera. No es nada nuevo. Sin remontarnos al caso de Greta Garbo, más recientemente, a su colega Daniel Day-Lewis le pasó lo mismo. Sólo que el protagonista de Bandas de Nueva York sí llegó a dejar el cine para convertirse en zapatero, un oficio que aprendió en Italia, y que ahora ha abandonado durante un tiempo para acudir a la cita de su amigo, el director Martin Scorsese, que lo quería a toda costa como protagonista de su nueva película. Llegado un momento de su vida, a Washington, ni los veinte millones de euros que cobra por filme ni los éxitos cosechados por sus interpretaciones, en papeles siempre grandes, parecían importarle. Estaba harto de la profesión, de las servidumbres de la fama, y sencillamente quería largarse. Pero mientras meditaba sobre su futuro («bien, ¿qué más hay por ahí que yo pueda hacer?», llegó a preguntarse), el actor recibió un guión, escrito por la misma persona que aparecía como protagonista de la historia, basada en hechos reales y en un ambiente completamente afroamericano. En principio se trataba de convencer a Washington de que protagonizase el filme; sin embargo, el dueño de uno de los pares de ojos más sexys de Hollywood, según una reciente encuesta, decidió ir un poco más lejos. «Haré la película, pero no como intérprete. Seré el director», fue su sorprendente contraoferta. Seis años más tarde, vencido el miedo de su inicial, temerario impulso («No iba en serio, ¡no sabía cómo dirigir una película!»), el mejor amigo de Julia Roberts ha cumplido ahora su sueño de ponerse detrás de la cámara, pero sin dejar de actuar. Siguiendo el modelo de Clint Eastwood («por ahí es por donde quiero ir ahora», ha dicho), ha compartido ambas labores en su nueva película, The Antwone Fisher Story , con la que acaba de cosechar algunas de las mejores reseñas de su brillante carrera. Seducido por un drama Al protagonista de El informe Pelícano , y hoy director, le sedujo la dramática historia, sobre todo porque era cierta y trataba de afroamericanos con problemas, y cómo superarlos. Antwone Fisher, un hombre humilde de treinta y tres años, trabajaba como portero de los estudios Sony, cuando decidió escribir un guión con su propia vida, repleta de circunstancias azarosas: su padre murió poco antes de que él naciera, su madre fue a parar a la cárcel y él fue dado en adopción a una pareja que lo sometió a todo tipo de abusos; sirvió en la Marina, donde le obligaron a someterse a un tratamiento psiquiátrico por culpa de su trato violento con sus compañeros, y finalmente dejó el ejército para dedicarse a buscar a algún miembro de su familia biológica.