?os escritores, como los futbolistas, militan en equipos literarios y lucen en las cubiertas de sus libros la insignia bajo la que compiten para ganar lectores. El equipo literario de Planeta se está convirtiendo este año en una formación que los futboleros llamarían galáctica, pero en este caso porque muchos de ellos se han ido a los cielos. El día tres de enero fallecía José María Gironella, autor de Los cipreses creen en Dios , publicada por Planeta a comienzos de los años cincuenta y que supuso la consolidación de la editorial. María Teresa Bosch fue quien aconsejó vivamente a su marido, José Manuel Lara Hernández, la publicación de las 900 páginas del libro de Gironella. El matrimonio también falleció este año, con sólo cuatro meses de diferencia. Otra de las defunciones fue la de Terenci Moix, un escritor que sólo de la obra ganadora del Planeta, No digas que fue un sueño , ha vendido un millón y medio de ejemplares, cifra no superada por ningún otro autor galardonado con dicho premio. De todos modos, los libros de Terenci Moix se siguen vendiendo y prueba de ello es que el próximo lunes, día 10, se presenta una obra póstuma suya, Mis inmortales del cine , esta vez referido a los años sesenta. A ello se unen las ediciones de bolsillo y las reediciones de sus títulos en la biblioteca que lleva su nombre. Manuel Vázquez Montalbán es otro de los autores del equipo Lara fallecido en las últimas semanas, si bien en este caso es más que probable que los dos o tres libros póstumos mantendrán, e incluso aumentarán, el tirón de ventas del creador del inspector Carvalho, un personaje que desaparece con su autor. Fernando Vizcaíno Casas es la última baja en la editorial Planeta, un autor que había vendido cuatro millones de ejemplares en el último cuarto de siglo y dejó escrito un libro que se publicará en breve y ya en el título lleva el sello Vizcaíno: Nietos de papá . Pero no todas son pérdidas y así Planeta, mejor dicho los lectores, han encumbrado a autores como Carlos Ruíz Zafón que con las más de veinte ediciones de La sombra del viento parecen intentar alejar de la editorial con sede en Barcelona la negritud de un año que están deseando que termine ya.