Estados Unidos se instala en el extremismo más radical al suspender el desfile de lencería de Victoria's Secret y forzar que las estatuas sean cubiertas en aras de la «decencia»
12 abr 2004 . Actualizado a las 07:00 h.La ola de puritanismo que vive EE.UU. tiene cada día manifestaciones más extremas: en Tennessee tapan las estatuas clásicas de un centro de jardinería y en Nueva York suspenden el desfile televisado de una firma de lencería. El clima de pudibundez se ha agudizado desde el escándalo que se organizó, a principios de febrero, cuando la cantante Janet Jackson exhibió un seno en su actuación durante el Superbowl, la final del campeonato de fútbol americano. El incidente, del que se habló durante semanas, suscitó audiencias especiales del Congreso y la intervención de la Comisión Federal de Comunicaciones ante lo que muchos conservadores consideraron una prueba inequívoca del aumento de la indecencia en los medios de difusión. Fue precisamente el clamor creado por la imagen televisada del pecho de Jackson lo que ha llevado a la firma Limited Brands, propietaria de la célebre marca de lencería Victoria's Secret, a cancelar su desfile anual televisado, según reconoció el director de publicidad de la compañía, Ed Razek. El provocativo desfile, en el que célebres modelos escasamente vestidas muestran cada mes de noviembre los nuevos diseños de la marca, cuenta con la asistencia de un amplio número de famosos de más o menos enjundia y recibe una intensa atención por parte de los medios. En los últimos dos años, el espectáculo se había emitido en la cadena CBS, precisamente la misma que retransmitió el incidente de Jackson. Anular la transmisión del desfile «fue una decisión mutua» de la compañía y la cadena de televisión, explicó Razek, quien agregó: «Estábamos sumidos en las negociaciones (para la emisión de este año) cuando quedó claro que no tenía sentido llegar a un acuerdo». Y es que, desde la final de la Superbowl, la Comisión Federal de Comunicaciones, el organismo encargado de vigilar la calidad de las transmisiones, ha mostrado una actitud mucho más dura ante las emisiones «provocativas». Pero el clima de moralidad no sólo se limita a los medios de comunicación, como ha demostrado un centro de jardinería en la pequeña localidad de Hartsville, en el estado de Tennessee, de tan sólo 3.500 habitantes. Ante las quejas recibidas, el centro de jardinería G and L procedió a cubrir con unas bandas decorativas de color bermellón las desnudeces de unas estatuas en estilo clásico que vende en su departamento de decoración de jardines. La iniciativa recuerda la de John Ashcroft al poco de su toma de posesión como fiscal general estadounidense, cuando ordenó que se cubriera con tela una estatua en la entrada del Departamento de Justicia. La estatua en cuestión representaba, como mandan los cánones clásicos, a la Justicia con los ojos vendados, como símbolo de imparcialidad... y el pecho desnudo, algo que Ashcroft, cristiano conservador, consideró excesivo. Pero en esta ocasión, los propietarios del centro de jardinería G and L han descubierto que la estrategia tan recomendada por las abuelas de no revelarlo todo y dejar siempre algo a la imaginación también funciona en el mundo de los negocios. La visión desde la carretera de las estatuas pudorosamente cubiertas ha atraído a una numerosa clientela que detiene sus vehículos para observar con más detenimiento las efigies.