Fernando León de Aranoa aborda en su cuarta película, Princesas, una historia de amistad entre dos prostitutas en un entorno urbano y actual, protagonizada por Candela Peña y la puertorriqueña Micaela Nevárez y que se estrenará en septiembre. Las actrices dan vida a Caye y Zulema, en una historia de dos mujeres, dos prostitutas, dos princesas. Caye tiene casi treinta años, el flequillo de peluquería y un atractivo discutible, de barrio. Zulema es una princesa desterrada, dulce y oscura, que vive a diario el exilio forzoso de la desesperación, como señala la página web de la película. Zulema lleva siempre encima una fotografía de su hijo, un trocito de esperanza plastificada, que saca a cada rato de su cartera para enseñársela a sus compañeras de cuneta, aunque la que de verdad necesita verla es ella. Cuando se conocen están en lugares diferentes, casi enfrentados. Son muchas las chicas que ven con recelo la llegada de inmigrantes a la prostitución: les restan espacio y clientes con su exotismo, abaratan los precios, dificultan su difícil trabajo. Caye y Zulema no tardan en comprender que, aunque a cierta distancia, las dos caminan por la misma cuerda floja y de su complicidad nace esta historia. Caye se enamorará de un hombre que quiere que sea para toda su vida, aunque sea por un rato. Pero ella no sabe amar, porque lo ha hecho poco.