La nueva película del director navarro es una firme candidata a la Concha de Oro El trabajo de los actores fue lo más alabado por la crítica aunque los aplausos tardaron en llegar
15 sep 2005 . Actualizado a las 07:00 h.Los rencores y amores conservados a través del tiempo entre los habitantes de un pueblo vasco, imaginado por el escritor Bernardo Atxaga y plasmados en la cinta Obaba , abrieron ayer la 53 edición del Festival de Cine de San Sebastián. La adaptación de la primera obra escrita íntegramente en euskera está dirigida por el cineasta navarro Montxo Armendáriz, que ya obtuvo el máximo galardón del festival con Las cartas de Alou . La narración se sitúa en tres tiempos -la actualidad, los años sesenta y el inicio de la posguerra- y se centra en las historias de los habitantes de Obaba , que parecen anclados en el pasado. El hilo conductor es una joven veinteañera, estudiante de cine, que viaja al pueblo con una pequeña cámara digital para realizar un trabajo sobre Obaba y sus gentes, objetivo que la llevará a conocer el pasado del lugar. Los aplausos llegaron, aunque tardaron en arrancar al término de la película, competidora junto a otros 19 filmes por la Concha de Oro. La crítica destacó el excelente trabajo de Eduard Fernández, que, junto a Pilar López de Ayala, Bárbara Lenni, Juan Diego Botto o Mercedes Sampietro, forma un reparto muy coral. De los 28 relatos del libro de Atxaga, Armendáriz se ha centrado en tres, de los cuales destaca la descripción del mundo rural que el realizador ya había mostrado en otras obras, como Tasio o Silencio roto . La sección Zabaltegi se ha abierto con Mary , película del siempre controvertido Abel Ferrara, que ha pasado por el reciente Festival de Venecia obteniendo el Gran Premio del Público. La cinta muestra a un mediocre director de cine que realiza un filme sobre María Magdalena, papel que representa Juliette Binoche. Componente mágico El cineasta Montxo Armendáriz, que inauguró hoy la Sección Oficial del festival con Obaba , coincidió con Bernardo Atxaga en renegar del componente mágico de estas obras. « Obabakoak no es un libro con componentes mágicos y Obaba tampoco es un filme mágico. Tanto la obra como la película hablan de recuerdos, de una realidad vivida que uno cambia y fantasea. Lo que hay es fantasía e imaginación. La palabra magia tiene otro significado», afirmó Armendáriz. ?Mientras, Atxaga se sumaba a sus palabras: «Siempre me hablan de ese mundo mágico de mi libro y yo no lo veo. Hasta se han llegado a referir a Obabakoak como una obra enraizada en el realismo mágico, lo que me horroriza porque no es cierto».