Mucho más allá del lujo

TELEVISIÓN

30 oct 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

No me atrevo a decir que Carmen Martínez Bordiú, Laura Ponte o Chábeli Iglesias compartan las mismas inquietudes, pero para la productora que las ha contratado para hacer Vidas de lujo (Cuatro) deben de tener un perfil similar. Ese que se supone irradia quien se dedica a mostrar en tiempos de crisis la más inútil de las ostentaciones. Porque para el que está sentado en el sofá con la mantita y el yogur ver cómo la Bordiú se mete entre pecho y espalda una superlangosta en un restaurante de Las Vegas o sacude el cuerpo nada cool en una discoteca o se prueba unos maravillosos Manolos en sus callosos pies no es precisamente un planazo. Y es que este formato, a medio camino entre Españoles en el mundo y Mujeres ricas, se queda con la peor parte de los dos, con el exceso del todo incluido, pero con la cutrez del que se atiborra sin saborear la delicatesen. Por no hablar de esa frívola sosez que masca quien se desestresa habitualmente en el spa de un superhotelazo. Así fue la entrada de Laura Ponte en La Mamounia, Marrakech, donde lo más animado del reportaje fue verla deshacer la maleta mientras mirando a cámara confesaba lo desastre que somos las mujeres con la ropa, pero con esa gracia que ella tiene. Uf. Demasiado es siempre mucho, también en televisión.