La final del concurso congregó a cuatro millones de espectadores
02 dic 2011 . Actualizado a las 12:11 h.El show debe continuar. Y continuará. Tu cara me suena cerró su primera edición en la madrugada del miércoles con el mejor dato de audiencia para Antena 3 de los últimos dos años: cuatro millones de espectadores, la cuarta parte de las personas que veían la televisión esa noche.
No hacía falta que Manel Fuentes, el presentador del programa, convocara a los seguidores para una segunda edición y para un especial navideño que volverá a contar con los mismos protagonistas. Tampoco que Ángel Llácer, el más querido y el más odiado del jurado, pospusiera su prometido baile para la primera gala de la próxima temporada. Era evidente que, ahora que la audiencia ha recuperado aquel viejo espíritu de la Telepasión de la primera Nochevieja de los noventa en TVE y el nostálgico buen rollo familiar de los viejos tiempos del Un, dos, tres, los programadores se encargarán de exprimir este nuevo filón de la televisión blanca.
Josema Yuste, exmiembro de Martes y 13, soltó ayer una pulla en la que dio la clave del éxito del programa cuando subió al escenario a recoger un premio de consolación: «Por fin en televisión se ve algo bonito, positivo, familiar, inteligente, digno..., espectáculo, que hacía mucha falta». Hacia ahí parece caminar el futuro.
Poco importa que ayer el resultado final fuera previsible, especialmente para los tuiteros que durante la emisión comentaban una filtración que, cosas de la tecnología, anunciaba a la ganadora en Internet una hora antes del comienzo de la gala.
El público dio el triunfo a Angy por su imitación de Christina Aguilera («pareces la bruja Lola en pequeño», le dijo Santiago Segura) y porque era la predilecta. El director de Torrente quedó segundo con su evocación «populista» de Manolo Escobar y fue «obligado» a regresar en la segunda edición, una prueba más de que su eficaz papel integrador y sus comentarios mordaces figuraban en el guion.
El tercero fue Julio Iglesias Jr.. «Estaba claro», comentó Silvia Pantoja cuando Fuentes dictaminó la medalla de bronce. Pero al público no le importó que todo pareciera escrito de antemano. Probablemente una de las claves de su éxito residió en que los protagonistas son profesionales del espectáculo que saben que no hay mejor improvisación que la que se ensaya.