Los hermanos Catoira se encuentran de nuevo frente a frente

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

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«El final del camino» despide temporada con un capítulo de acción en el que Gonzalo descubre que Elvira sigue viva

01 mar 2017 . Actualizado a las 18:36 h.

El final del camino despide temporada esta noche (22.45 horas en La 1 y TVG) con las espadas en alto y con un capítulo de reencuentros y mucha acción. Gonzalo vuelve a Compostela y descubre que ha pasado veinte años viviendo en una mentira creada por la traición de su hermano Pedro, sustentada por la plata de Tomás y alimentada por las palabras de Gelmírez. Pero ahora la verdad está ante sus ojos y ha llegado el momento de saldar cuentas en este cierre de la serie producida por Voz Audiovisual, de la Corporación Voz de Galicia, para La 1 de TVE y TVG. 

Gonzalo ha perdido al hijo de Zaida, la amante de Alfonso VI, y, con el monarca también fallecido, nada lo une ya a la corte de Toledo, por lo que regresa a Compostela en busca de un hogar y de sus recuerdos. Nada más cruzar las murallas de la ciudad, se encuentra frente a frente con su hermano Pedro, al que imaginaba luchando con las tropas de Yusuf, y con Elvira, a quien creía fallecida.

El enfrentamiento entre Gonzalo y Pedro es inminente. El mayor de los hermanos Catoira pelea con la fuerza de quien busca venganza, mientras que Pedro, sabiéndose merecedor del castigo, apenas se defiende. El desenlace, sin embargo, quedará aplazado ante la aparición del hijo de Pedro y Elvira.

Mientras, Compostela espera ansiosa la inauguración de la Puerta de Platerías. La única excepción es el abad Odamiro, que no ceja en su empeño por destruirla. El propio Esteban también querría demorar la apertura, pues para terminar su obra aún le falta una imagen que parece que se le resiste. Una imagen que evoque el perdón y haga que todo peregrino que cruce la puerta sienta el amor de Dios.

Por su parte, Urraca ha conseguido su objetivo de convertirse en reina de León, pero su ambición la lleva más allá y se casa con Alfonso de Aragón. Ambos reinarán con igual poder sobre el territorio más poderoso de la península. O, al menos, ese es el trato. Pronto las disputas maritales afectarán a las decisiones de gobierno, lo que hará que estas terminen por resolverse en el campo de batalla.