Los piratas informáticos exigieron a la cadena norteamericana la astronómica cifra de 6 millones de dólares como rescate por toda la información robada
10 ago 2017 . Actualizado a las 07:57 h.Los hackers aprietan la soga que tienen alrededor de HBO. Hace un par de días llegaban nuevas noticias sobre el material robado -1,5 terabytes de información- que finalmente se había filtrado a la Red. Los piratas informáticos exigieron a la cadena norteamericana la astronómica cifra de 6 millones de dólares (5,1 millones de euros) en bitcoins (moneda virtual ) como rescate, dando de plazo tres días para que HBO cumpliese con sus exigencias. En la tarde del lunes aparecieron en Internet documentos confidenciales de la cadena como correos electrónicos de sus ejecutivos y más guiones de los capítulos por estrenar de Juego de tronos.
El portal digital The Verge afirmó, además, que el contenido de uno de los documentos filtrados es un archivo que contiene números de teléfono personales, correos electrónicos y direcciones de algunos de los miembros del reparto de la serie estrella de la cadena. Concretamente se ha filtrado información personal de Emilia Clarke, Lena Headey, Peter Dinklage y Kit Harington, que interpretan respectivamente a Daenerys, Cersei, Tyrion y Jon Nieve.
HBO está investigando qué datos son exactamente los que se han filtrado. El portavoz de la cadena, Jeff Cusson, declaró a la revista Wired que no tienen «ningún motivo para creer todo el sistema de correo electrónico se ha visto comprometido».
De acuerdo con The Guardian, los hackers ya han liberado 3,45 GB de la información que dicen poseer. Esta desafortunada racha comenzó la semana pasada con una intromisión de los piratas cibernéticos, que se hicieron con capítulos de algunas de sus series, como Ballers o Insecure, y con grandes cantidades de información de la cadena.
Además, y en una circunstancia completamente ajena a la ofensiva de los piratas informáticos, el cuarto capítulo de la séptima temporada de Juego de tronos, titulado Botines de guerra, apareció en las redes dos días antes de su emisión. En esta ocasión, la brecha de confidencialidad se debió al grupo de comunicación indio Star TV, con sede en Bombay, que reconoció ser el responsable del error.