Pepe Navarro y Xavier Sardá se mojan en la guerra entre «El hormiguero» y «La revuelta»: «Ese programa quitas a Broncano y no existe»

Iago García
IAGO GARCÍA LA VOZ

TELEVISIÓN

Sardá y Navarro custodiando a la presentadora de «59 segundos», Gemma Nierga, este jueves.
Sardá y Navarro custodiando a la presentadora de «59 segundos», Gemma Nierga, este jueves. 59 SEGUNDOS | RTVE

Las dos leyendas de las noches televisivas durante el cambio de siglo contaron en «59 segundos» cómo vivieron que «Crónicas Marcianas», de Sardá en Telecinco, acabase suponiendo el final de «La sonrisa del pelícano», dirigido y presentado por Navarro en Antena 3. Este último cargó contra los directivos de Mediaset por «mutilar la televisión» y eliminar el «programa de autor»

29 nov 2024 . Actualizado a las 13:01 h.

Nada más acabar anoche en La1 La revuelta, programa que hizo de nuevo la entrevista con el vigente campeón de MotoGP, Jorge Martín, tras la sonada suspensión la semana pasada por las presiones realizadas por El hormiguero para que el piloto estuviese antes con Pablo Motos que con David Broncano; 59 segundos se propuso hacer un acercamiento a la guerra que cada noche se libra entre ambos formatos al acabar los informativos de sus respectivas cadenas. Para ello, con inteligencia, buscaron en el programa de debate a los protagonistas que hace casi tres décadas vivieron un proceso de competencia similar. Justo antes del cambio de milenio, Pepe Navarro (Palma del Río, Córdoba, 1951) era el icono de las noches televisadas en Antena 3. Lo fue estrenando en España la costumbre estadounidense de poner la taza encima de la mesa y, a través del humor, con colaboradores conocidos y mediante entrevistas a los personajes del momento, acercarse a los temas que interesan en la calle. Así fue Esta noche cruzamos el Mississippi primero y La sonrisa del pelícano después. Pero el aterrizaje de Xavier Sardá (Barcelona, 1958) en Telecinco con Crónicas Marcianas, sumando a esa fórmula el mundo freak con Javier Cárdenas, la liberación sexual, los striptease de Boris Izaguirre y un clima de confrontación con tertulianos como Pocholo Martínez-Bordiú, Kiko Hernández, Dinio García, Aída Nizar o Mila Ximénez, acabó con el reinado de Navarro

Sardá y Navarro se juntaban en plató para hacer memoria de aquellas batallas invitados por la presentadora del programa. Se trataba de buscar similitudes entre el conflicto pasado y la tensa relación actual que se está dando entre Pablo Motos y David Broncano desde que el jiennense llegase a La1 para medirse ambos en la misma franja horaria de la televisión en abierto.

Gemma Nierga, que durante años estuvo al frente en la Cadena SER del magazine vespertino La Ventana, sucediendo precisamente a Sardá en las ondas cuando este se fue a la televisión, rescató una de la frases que Pepe Navarro le dijo en la radio durante una entrevista. «La tengo anotada —se dirige a Pepe— y habla de ti —le dice a Xavier—: "este chico, Sardá, debería montarme un monumento en su casa con el dinero que ha ganado gracias a mí. Ha gozado de más popularidad que nunca porque yo era utilizado simplemente como trampolín para lanzarlo a él"», rememoró la presentadora.

Fue entonces cuando Boris Izaguirre, también presente en plató durante esta tertulia, quiso equiparar el duelo entre Navarro y Sardá con el que se está produciendo entre El hormiguero y La revuelta: «Esto es exactamente lo mismo que un día dirá Pablo Motos de David Broncano. Porque Broncano le ha hecho a Pablo reactivarse, rejuvenecerse, porque se ha convertido en su competencia, una competencia que necesitaba».     

El conflicto de Jorge Martín y su parecido con el de Javier Bardem en 1997 

Perdita Durango, película estrenada en 1997, fue en su momento la más cara del cine patrio, costando más de 1.000 millones de pesetas. Motivo suficiente, junto al hecho de tener a Javier Bardem en el reparto, el actor más conocido del país entonces, para convertirse en objeto de deseo de los más cotizados programas. Y efectivamente así fue, tensando aún más la cuerda entre Navarro y Sardá. «Cuando Álex de la Iglesia y él estrenaban Perdita Durango, íbamos a tenerles en exclusiva, lo teníamos previsto para un día en concreto. Apareció antes con Sardá y nosotros al día siguiente lo hicimos también. Nadie se preocupó de nada. Ese es el juego que se establece dentro de la televisión y de la competencia. Pero bueno, nosotros lo hicimos mejor, porque entrevistamos a Perdita Durango —el líder en México de la secta narcosatánica que inspiró la cinta—, que ni De la Iglesia lo había conseguido, estando en una cárcel». Ahí Sardá le reprochó su retintín: «Ya estás tocando las narices otra vez». 

Programas de autor vs. formatos impersonales 

«Una de las cosas importantes que está pasando es que vuelve el comunicador, que ha estado ausente durante los últimos 20 años. La televisión ha sido totalmente mutilada por el señor Vasile y alguna gente de Antena 3. Pero por una razón muy sencilla. Es más fácil para un directivo un formato cualquiera que la personalidad de un tipo que hace un programa de autor, porque ese autor puede rebatirle ideas. Un formato da igual a quien pongas delante». En estos términos se expresó con dureza Pepe Navarro anoche, en una defensa de programas que cada vez están menos presentes en la parrilla de las grandes cadenas generalistas.

«¿Qué ha pasado? —añade Navarro— Que durante 20 años no se ha favorecido al gran comunicador que se enfrente a una pantalla y sea su personalidad la que se transmite. Eso es lo que hace Broncano. Ese programa —refiriéndose a La revuelta— quitas a Broncano y no existe». La mesa de debate, en la que también estaban la periodista Mariola Cubells, el crítico televisivo Víctor Amela y el presentador Jordi González, se posicionaron de acuerdo con este argumento. Al igual que los humoristas Andreu Buenafuente y Berto Romero en una conexión en directo, reclamando «proyectos menos industrializados».

En 1997, Sardá estrenaba Crónicas Marcianas un 8 de septiembre. Una semana después Navarro hacía lo propio con La sonrisa del pelícano. A finales de noviembre, el segundo espacio desaparecía por completo. La telebasura, como muchos se referían al programa de Telecinco, se prolongó hasta 2005. Ese año, la irrupción de Andreu Buenafuente en Antena 3 con un programa más parecido al de Navarro y que entroncaba de nuevo con los late night estadounidenses, hacía pasar a Sardá por el mismo proceso que Navarro ya había sufrido ocho años antes. Ahora, está por ver si será Motos el siguiente en pasar página televisiva.