Chaparrón de katiuskas

Isabel Alvite

TENDENCIAS

Las botas de goma pisan fuerte con aires renovados. Mil estampados y nuevos acabados rejuvenecen este calzado que a pesar del paso de los años mantiene su esencia, en la calle y sobre las pasarelas del mundo.

17 oct 2006 . Actualizado a las 07:00 h.

Si existe una palabra de moda que pueda definir el regreso con un nuevo aire de las katiuskas de toda la vida, quizás sea must. El concepto, acuñado para todo lo que «debe» estar sin excusas en el muestrario gustativo de quienes presumen de estilo, va al pelo a este resurgir de las botas de goma capitaneado por las míticas Hunter, un icono británico que a principios del siglo XIX ya sirvió como seña de identidad para los terratenientes ingleses. Personajes como Isabel II o el Príncipe Carlos las calzaron en sus jornadas de cacería y ahora pasan el testigo a otras reinas, éstas de la moda, como la propia Madonna o Kate Moss, que no dudan en lucir sus katiuskas con pantalones pitillo o minis muy minis. Casi todas las grandes firmas de pasarela han incluido en sus catálogos de esta estación un par de rain boots, como también se las conoce. Es el caso de Manolo Blahnik o de la casa parisina Yves Saint Laurent, con modelos que brillan en su charol negro, y originales cuñas que otorgan un aire más sofisticado a un clásico para saltar de charco en charco. Las propuestas de Lacoste, Pelican o Timberland juegan con el colorido y los estampados. Amarillos estridentes, cuadrículas que son tendencia, fucsias imposibles... El italiano Emilio Pucci opta por los floreados y Aigle, la casa distribuidora de material para pesca y caza, no ha dudado en incluir modelos que escapan del sempiterno verde y negro en sus catálogos. Algo parecido hace la casa matriz Hunter que, a pesar de haber sido declarada en quiebra recientemente, aún comercializa botas en acabados menos discretos. Por algo es la firma que da nombre a este tipo de calzado. Pero si existen dos firmas del diseño contemporáneo vinculadas a este renacer del zapato de goma, éstas son Kate Spade y Tamara Henriques. Spade, la diseñadora de complementos más reputada de Estados Unidos, aboga por mantener la esencia de las botas para cacerías y decorarlas con un arco iris de tintadas y hebillas muy originales. Tamara Henriques, por su parte, descubrió en un viaje a Hong Kong la gallina de los huevos de oro: un sistema de impresión de diseños sobre plástico que se ha convertido en una de las claves para exportar sus creaciones a todos los rincones del planeta. Las flores, las rayas, los topos, los corazones o los animales ornan sus piezas únicas. La creadora, que comenzó su carrera trabajando en la versión americana de Vogue, se ha atrevido incluso a lanzar calzado de cow boy con la goma como materia prima. La suya quizás sea una de las propuestas más arriesgadas en katiuskas, que no parecen haber calado entre las firmas españolas, salvo en Camper, que ha sacado este año una línea muy ponible de botines diseñados enteramente en goma.