Cuando Vázquez hizo debutar a Martí

TORRE DE MARATHÓN

El entrenador del Dépor recibe mañana al joven de 24 años al que dio la alternativa en Primera, ahora como entrenador del Girona

13 feb 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

En el Deportivo-Girona de mañana (21.00 horas, Gol) José Luis Martí volverá a Riazor, donde como técnico estuvo a punto de festejar el ascenso la temporada pasada. Ahora al frente del equipo catalán, recién descendido de Primera, después de que a primeros de noviembre sustituyese al excéltico Juan Carlos Unzué, ha cosechado siete triunfos y tres empates en catorce jornadas. Recogió al Girona decimotercer clasificado y lo ha encaramado a la quinta posición. Pero su regreso a A Coruña también se convierte en el reencuentro entre maestro y alumno. El balón había comenzado a rodar para él como futbolista, uno de los integrantes del selecto grupo de jugadores con más de 400 partidos en Primera División, de la mano de Fernando Vázquez.

Martí debutó con el primer equipo del Mallorca el 19 de septiembre de 1996, durante una eliminatoria de Copa en Son Moix frente al Gandía. Pero su primer partido en la máxima categoría del fútbol español se retrasó hasta el 16 de abril del 2000 contra el Alavés. Entró en el minuto 89 en sustitución de Samuel Eto’o para asegurar la victoria (2-0) y después de recibir las indicaciones de uno de los técnicos españoles de moda. Era el curso 1999-2000, en que el Dépor acabó levantando el título liguero, y Vázquez había tomado el relevo del argentino Mario Gómez, despedido tras caer eliminado en la Champions por el Molde noruego y al cabo de sendas derrotas en las dos primeras jornadas de Liga. El actual entrenador del Deportivo había llegado al cuadro balear acompañado por su segundo de entonces, Gabi Leis, y el preparador físico Manuel Pombo. Este último sigue como mano derecha del profesor de Castrofeito en A Coruña.

Fernando Vázquez recuerda a un mediocentro de la cantera de 24 años, pero que no acababa de encontrar el lugar natural en el club de su tierra. «Allí era muy difícil que jugase. Teníamos a Vicente Engonga, Caño Ibagaza,... Al final de temporada se marchó cedido al Tenerife y allí acabó plasmando todo lo que apuntaba», recuerda.

De su mano no solo se estrenó en aquel partido de la recta final liguera que quedó para siempre en la carrera del jugador, sino que había sido titular en la eliminatoria de Copa que en diciembre de 1999 llevó al Mallorca a O Couto. Se enfrentó al Ourense que, recién descendido de Segunda, con Alberto Argibay en el banquillo y Gaizka Garitano, quien años después entrenó al Dépor, como jugador acabó por eliminar al Mallorca (2-2 en Ourense y 1-2 en Son Moix).

«Era como Álex Bergantiños, un jugador disciplinado, serio, siempre concentrado, que cumplía a la perfección la misión que le encomendabas», describe Vázquez. Al acabar aquella temporada, Martí se marchó al Tenerife, en Segunda División, y allí comenzó una espectacular trayectoria que le llevó al Sevilla, a la Real Sociedad, y de regreso al Mallorca en el verano del 2008. Allí colgó las botas en el 2015 con 40 años y un envidiable palmarés de dos Ligas Europa, una Copa del Rey y dos Supercopas, una europea y otra española. «Gracias a su sacrificio, mentalidad y dedicación ha llegado a ser uno de los grandes de la Liga, no hay ninguna duda», define Vázquez, quien recuerda a un jugador con mucha hambre de fútbol. «Ya se veía que iba a ser entrenador, porque no requería solo jugar, sino conocer el porqué de las cosas», afirma al respecto del alumno que, veinte años después de vestir el dorsal 33 en su debut, se reencontrará con su primer maestro.