El Deportivo confirma la importante lesión del delantero, que al menos no tiene afectados los ligamentos de la rodilla pero no podrá volver a jugar este curso
28 may 2023 . Actualizado a las 21:19 h.El departamento de comunicación del Deportivo está alcanzando altas cotas literarias. Esta vez fue capaz de generar suspense en las apenas nueve líneas con las que resolvió su comunicado sobre el parte médico de un jugador. En las primeras tres, resuelve el planteamiento, confirmando que Alberto Quiles se sometió a mediodía a pruebas tras abandonar dolorido el césped de Pasarón. El nudo introduce un atisbo de esperanza hacia el final: «Los servicios que dirige el doctor Carlos Lariño han confirmado que el delantero sufre una distensión de cápsula posterior con una contusión ósea en meseta tibial; y que no tiene afectados los ligamentos de la rodilla». El temor a una rotura de cruzado, espantada antes de alcanzar el desenlace fatal para las aspiraciones del conjunto blanquiazul: «Quiles estará unos días con tratamiento médico y de fisioterapia y posteriormente arrancará la rehabilitación de una lesión que le hará ser baja por lo que resta de temporada».
Rubén de la Barrera no podrá contar con el onubense, máximo goleador del equipo, en ninguna de las citas de la promoción. No estará disponible para el duelo a ida y vuelta con el Castellón, que arrancará el próximo domingo en Riazor y quedará liquidado el siguiente fin de semana, ni tampoco para el que mediría de inmediato al Dépor con el vencedor del cruce entre el Alcorcón y la Real Sociedad B. Cuatro choques (en el mejor de los casos) a disputar a lo largo del mes de junio, cuando el futbolista todavía estará lejos de reaparecer. En caso de que los coruñeses no consumen el ascenso, Quiles podría haber jugado en Pontevedra sus últimos minutos defendiendo al club en el que recaló dos veranos atrás. Su contrato expira al acabar la actual campaña y se prorrogará automáticamente por una más en caso de subir.
El jugador ha dejado claro, dentro y fuera del campo, el cariño que tiene a la entidad blanquiazul, pero también su interés por militar al fin en una competición profesional. «Tengo muchas ganas de quedarme en el Deportivo», subrayaba a mediados de abril en una entrevista con La Voz en la que también aclaraba que no había novedades sobre su renovación: «Ni las va a haber hasta que acabe la temporada. Nunca he dicho que me vaya a ir si no hay ascenso. No me he puesto en ese contexto ni quiero ponerme». Conseguirlo es ahora un poco más complicado que ayer.
La mala suerte de un jugador sin lesiones de importancia
Los médicos dijeron que tendría difícil recuperarse a tiempo para pisar el césped de Pasarón, pero él acortó los plazos y estuvo incluso disponible para la cita con el Algeciras en Riazor. No abandonó el banquillo durante ese partido porque Rubén de la Barrera consideró razonable tomar precauciones. Sin embargo, la visita a Pontevedra ofrecía la oportunidad de un rodaje sin demasiada presión antes de arrancar los play off. «Ya estoy genial», aseguraba el pasado jueves Alberto Quiles ante los micros de RadioVoz.
Allí también comentaba lo difícil que había sido quedarse al margen en los encuentros del Dépor, falto de costumbre debido a su condición de titular habitual y a la escasez de lesiones sufridas a lo largo de ocho años de carrera. Nunca había encadenado ocho encuentros sin poder saltar al campo. Tampoco lo hará en este desenlace de la campaña 2022-2023 por culpa de esa media hora fatídica que le dio para anotar un gol y lesionarse en el descuento de la última jornada de la fase regular.
Media hora después de reaparecer enmascarado tras superar la doble fractura de pómulo con la que saldó su visita al Arcángel, cuatro semanas atrás.
Lucas Pérez y David Mella, las alternativas ya probadas por De la Barrera
El doble infortunio sufrido por Alberto Quiles solo esconde un detalle que ayuda a suavizar la pérdida del delantero para la promoción. Y es que Rubén de la Barrera ya tuvo que confeccionar dos onces sin el onubense desde que se puso al frente del banquillo coruñés. En Riazor, frente al Algeciras, fue Lucas Pérez quien partió desde el costado derecho. El de Monelos aseguró haberse sentido «liberado», pudiendo irrumpir por sorpresa en distintas zonas del campo y cumpliendo en labores defensivas en respaldo de Trilli, con la ayuda de Diego Villares.
Este emplazamiento llevó a Mario Soriano a ejercer de mediapunta, donde el madrileño también ha mostrado su predilección por actuar, y entregó la esquina izquierda del ataque a Yeremay, indiscutible hasta la fecha para el técnico coruñés.
El extremo canario repitió titularidad y flanco en el último duelo de la fase regular, en Pontevedra, aunque en un entorno radicalmente distinto al de la jornada anterior. Con Soriano descartado por la amenaza de sanción, quedó vacante la plaza de enganche y Lucas se emplazó en punta. En la banda derecha, la de Quiles, se movió David Mella hasta que se incorporó el onubense. Al fabrilista, muy vertical, le dio tiempo a estrellar un disparo en el palo.
Con Óscar Cano al frente, el relevo natural del portador del 9 había sido Kuki Zalazar, autor de una diana en Linares y reconciliado con la grada. Sin embargo, De la Barrera no ha dado minutos al uruguayo (era otro de los apercibidos de castigo si veían una amarilla), ni tampoco a Kike Saverio, quien completaría el abanico de extremos a disposición del míster para disimular el roto sufrido a las puertas del play off.