Así es «Puro Djalminha»: de la buena vida en A Coruña a la «peor de las impresiones» cuando conoció a Irureta

La Voz REDACCIÓN

TORRE DE MARATHÓN

Momento de «Puro Djalminha» en el que el brasileño visitó el mercado de la plaza de Lugo
Momento de «Puro Djalminha» en el que el brasileño visitó el mercado de la plaza de Lugo Movistar Plus +

Movistar Plus + estrena este lunes el documental que grabó el pasado mes de octubre con el astro brasileño del Deportivo en su vuelta a la ciudad

06 may 2024 . Actualizado a las 16:06 h.

El viaje comienza con un recorrido por la que fue su ciudad durante seis años. Dentro de un coche, Djalma Feitoza Días junto a su hijo pequeño João. Por las ventanillas, que están abiertas, se escuchan a los aficionados del Deportivo, a los que tanto hizo soñar, dándole la bienvenida.

Así empieza Puro Djalminha, el documental sobre el astro brasileño que acaba de estrenar Movistar Plus+ dentro del espacio Informe Plus+. Es el relato de un viaje que el exdeportivista hacía de vuelta a casa el pasado mes de octubre y que siguió de cerca La Voz de Galicia.

Esas imágenes del presente se mezclan con las de sus grandes jugadas como blanquiazul. Uno de los grandes momentos, la entrada del jugador en Riazor, sentado incluso en su sitio del vestuario del estadio coruñés. 

Historia del club

Djalminha, procedente del Palmeiras, llegaba a la escuadra coruñesa en 1997. Pronto empezó a hacer su magia. 

«Siempre he tenido mucha relación con Fran», dice frente al eterno capitán del Dépor con quien mantiene una conversación en el documental e incluso comparte unos pases en la playa acompañados por João. «Hay que jugar para ganar y, si puedes, hacer que la gente disfrute», dice poniendo por delante su vocación de espectáculo. 

En este Informe + también se trata el impulsivo carácter del jugador. «Ahora son todo elogios, pero antes la gente me 'cobraba', pero también con razón». Djalma se refiere a lo bien que se vivía en la ciudad y cómo los futbolistas disfrutaban, incluso de noche, algo que les reportaba críticas de la grada cuando las cosas no iban bien. «Protestaban porque los resultados no eran buenos y por muchas cosas. Porque nosotros, a parte del fútbol, vivíamos muy bien la ciudad. Salíamos, la gente nos veía y los resultados no venían. Es normal, tienes que estar preparado. Si sales, y las cosas no van bien, tienes que aguantar más que si estás en casita, tranquilito».

Momentos no tan buenos que solo hicieron que la hinchada conectase cada vez más con el brasileño. «Cuando las cosas iban bien, salíamos el doble y no pasaba nada», dice sonriente en la entrevista de Puro Djalminha. 

Capítulo importante es también el reservado a los roces que tuvo con Javier Irureta. La primera impresión del brasileño cuando conoció al técnico asegura que fue «la peor de todas». «La primera vez que hablamos (porque él tenía la costumbre de llamar en pretemporada a los futbolistas) me llama y me dice que mis números no habían sido buenos (el año anterior). 'Yo he visto tu currículo: tú tienes más derrotas que victorias en tu vida como entrenador'», dice que le espetó. Ahí sitúa Djalminha el comienzo de la mala relación. «Mi problema con él fue solo de mentalidad de fútbol».

En este viaje por A Coruña, que incluye una visita con su hijo al mercado de la plaza de Lugo, Djalma se reencuentra también con José Ángel Franganillo, que fue preparador físico del equipo de 1986 al 2023, pero también con Suso Méndez, todavía utillero del club, y con Juan Ángel Barros Botana, Barritos, delegado del club de 1991 al 2021. «Mucha agua mata planta», dicen riendo.

Djalma visita además a la actual plantilla del Deportivo, ya en el mes de octubre centrada en conseguir su vuelta al fútbol profesional. Lucas Pérez y Álex Bergantiños, coruñeses de pro y deportivistas desde niños, dan testimonio de cómo se sentían al ver al astro brasileño en directo.

Ya sobre el césped, Djalminha le presenta el estadio de Riazor a su hijo pequeño: «ay João, aquí jugaba papá», le dice a niño. «Este campo es una maravilla; no hay manera de jugar mal».

Una historia en la que sus mejores jugadas tienen un enorme protagonismo durante los 50 minutos de documental, al igual que sus conversaciones con compañeros como Mauro Silva o Naybet e incluso su rivalidad con el Celta y en concreto con otro ídolo, pero en este caso celeste, Aleksandr Mostovói.