David Mella, el chaval que durante cuatro años viajó en autobús desde Teo para cumplir su sueño

TORRE DE MARATHÓN

EDUARDO PÉREZ

Su amor por el Deportivo y el apoyo de su familia, claves en el crecimiento del joven talento blanquiazul

08 nov 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Nada ha podido desatar el profundo amor que David Mella siente por el Deportivo desde que era un niño, y que se ha vuelto a plasmar en su continuidad como blanquiazul hasta el 2029. «Se está como Dios aquí», resumía en una entrevista a La Voz el pasado enero. No lo lograron las dos horas de viaje diarias en autobús que se zampó para ir y volver a los entrenamientos en Abegondo desde su Teo natal.

Así fue su día a día durante los cuatro años que unieron su llegada al alevín de segundo año (12 años), las dos temporadas de infantil (con 13 y 14) y la de cadete de primero (15). No lo hubiera logrado sin el apoyo inquebrantable de su familia, que goza de un protagonismo indiscutible en el vídeo que ayer anunció su continuidad como blanquiazul al menos hasta el 2029. Entre otros, aparecen Chus, su madre, que fue jugadora profesional de baloncesto, su padre, Gonzalo, que militó en el Deportivo en la segunda mitad de los años ochenta, y su hermano Marcos, del que se acordaba en aquella entrevista.

Veloz y espabilado como pocos, David comenzó a brillar en el fútbol bien pequeño. «Empecé en el equipo de mi concello a jugar con 3 años al fútbol sala. Entonces, me acuerdo que pasé al Bertamiráns de fútbol sala. Me inspiró mi hermano, que jugaba allí», relata, antes de volver a Marcos: «Mi hermano para mí siempre será el mejor futbolista de la familia. Era mediocentro, zurdito. Prefirió llevarse por otras cosas. Llegó a juvenil de División de Honor, pero al final se decantó por otras cosas y no está jugando. Solo con sus amigos en el club del pueblo. Nada más», añade.

La historia del ídolo del pelo de colores, que desde que pasó al primer equipo se lo tiñó de blanquiazul y de dorado ascenso, siempre ha ido por delante de los jugadores de su edad. Cuando era cadete ya deslumbraba en el juvenil, con el que se proclamó campeón de España en el 2021 bajo la dirección de Óscar Gilsanz, y luego en la Youth League. Su paso por el Fabril estuvo repleto de llamadas del primer equipo. Debutó como profesional en mayo del 2023, y se ganó plaza propia el pasado enero con un dorsal tan sorprendente para él, atacante cerrado, como el 3.

Ahora viste el 17, pero, entre uno y otro, el Brighton inglés pagaba su cláusula de rescisión y le ponía encima de la mesa un contrato mareante. Nada hizo dudar al canterano, que el pasado verano se proclamó campeón de Europa sub-19 con la selección. Con el Dépor lleva dos goles y tres asistencias en su debut en Segunda. Juntos protagonizan una historia de amor sin final.