Mauro Silva, los 57 años del caballero del fútbol que sigue enamorado del Deportivo
TORRE DE MARATHÓN
«Soy otro coruñés que vive en Brasil», remarca el eterno mediocentro del conjunto blanquiazul en un año en el que también se cumplen 20 años de su retirada y de su adiós a la ciudad herculina
13 ene 2025 . Actualizado a las 16:51 h.En frases como «No puedo decir que nunca seré presidente del Dépor» o «Soy otro coruñés que vive en Brasil» se nota el sentimiento de un hombre que siempre vestirá la elástica blanquiazul.
El eterno 6 del Deportivo de La Coruña, Mauro da Silva Gomes (São Bernardo do Campo, 12 de enero de 1968) acaba de cumplir 57 años con una avalancha de felicitaciones por parte del fútbol mundial que él mismo ha compartido en su cuenta de Instagram. Una de las más especiales, la de otro astro brasileño con quien compartió el césped de Riazor. «Máximo respeto y admiración por tu carrera y todo lo que has logrado en el fútbol. Me alegra aún más saber que eres una buena persona, súper trabajadora y con un corazón incomparable», le dedicó de forma sentida su «hermano» Bebeto.
Camino de cumplirse 20 años de su retirada del fútbol y de su adiós al conjunto coruñés -un adiós que pronunció de forma conjunta con Fran- Mauro Silva sigue en el olimpo del club blanquiazul con unos números difíciles de batir. Es, por detrás de Fran y Manuel Pablo, el jugador que más partidos ha disputado: 459 en trece años de carrera en A Coruña.
Su marcha como uno de los mejores mediocentros del fútbol mundial fue un dolor que se sigue tapando con nostalgia y con su forma de ser, pausada y elegante. Un señorío en el que siempre tiene presente a la ciudad herculina. Tanto que fue uno más de esos miles de sufridores que desearon la vuelta del Deportivo al fútbol profesional.
«Salir del pozo es un logro tan significativo como cualquier título. Por historia, trayectoria y afición, la Primera División es el lugar que le corresponde al Dépor y estamos sentando las bases para el regreso. Ahora, tenemos dos tareas: celebrar y valorar lo conseguido en esta temporada, y hacer una profunda reflexión sobre el futuro inmediato del club», decía en un artículo de opinión en La Voz de Galicia el pasado 13 de mayo. Lo puede decir como voz autorizada. Como aquel capitán que vivió y ganó todos los títulos del Dépor. De la Copa del 95, pasando por la Liga del año 2000 o el Centenariazo.
«Djalma venía de comprobar el ambiente en el campo. Entró en el vestuario y me dijo: 'Está toda A Coruña ahí fuera'. Ya no había duda. Era un partido para olvidarse de todo y disfrutarlo», dijo en una entrevista en La Voz por el décimo aniversario del asalto de aquel gran Dépor al Bernabéu el día que el Real Madrid tenía en marcha ya su fiesta.
¿Por qué se ganó aquella final? «Por talento y, sobre todo, por convicción. En aquel equipo había tal calidad que creíamos firmemente que podíamos ganar todos los partidos. Por eso hicimos historia. Si dudas, no ganas, y nosotros no teníamos dudas de nuestra capacidad», explicó. Una convicción que le ha llevado a seguir en el meollo del fútbol, como vicepresidente de la Federación Paulista. En estos 20 años de gestión lejos del césped tuvo la opción de ser presidente del club coruñés, algo que nunca ha descartado. «En este momento. Durante 13 años estuve en un proyecto en Galicia y lo di todo. Me encantaría ser presidente del Dépor, pero no puedo. De la misma manera que cuando estaba en el Dépor y me salía una propuesta de otro equipo yo me quedaba en A Coruña porque tenía un compromiso. Ahora ocurre lo mismo en São Paulo. Tengo una deuda con el fútbol brasileño», dijo en el 2023. Firme en su compromiso, pero sin cerrar puertas. «El tiempo dirá», dejó botando.
Muy coruñés
«Cuando fichó por el Deportivo en 1992, Mauro da Silva Gomes tuvo que consultar un mapa para ver dónde se encontraba A Coruña». Así empezaba Alfonso Andrade su entrevista con el mediocentro brasileño en el 2019. «Lejos estaba de imaginar la fortaleza del lazo que empezaba a unirlo al club, a la ciudad y a una afición que jamás se olvida de los 13 años que él vistió de blanquiazul ni de su contribución a los seis títulos de la historia de la entidad», continuaba. Y efectivamente, poco sabía de lo que iba a ser de él aquel chico de 24 años procedente del Bragantino, que recaló en A Coruña junto al que se convertiría en otro ídolo, Bebeto.
«Bebeto y yo llegamos juntos con la idea de estar un tiempo en A Coruña y, luego, ir a un gran equipo, pero jamás pudimos imaginar que el gran equipo sería el Dépor, que se convertiría en un grande de España y de Europa». Y así fue. Con el Dépor fue creciendo hasta convertirse en el mejor. Con su selección disputó 58 partidos y ganó el Mundial del 94.
El 13 de diciembre de 1996 se nacionalizó español, pero el ancla de los blanquiazules en el mediocampo siempre será un auténtico coruñés. «Viví en A Coruña entre los 24 y los 37 años, y eso marca. Mi relación con el club, por todos esos títulos, y con la ciudad ha sido muy intensa. Elegí el paseo marítimo para vivir, hice grandes amigos, iba al cine -a Los Rosales, que entonces no había salas en el puerto-, a restaurantes... Me relacionaba con la universidad a través del Campus Mauro Silva... Siempre estuve muy integrado».
A pesar de los 12.000 kilómetros que separan su casa brasileña de la gallega, él no deja de decirle a todos los que le rodean que en A Coruña tiene una calle. También les puede decir que en su última visita a Riazor (junto a Bebeto, que estuvo a punto de frustrase), la afición volvió a emocionarse; incluso, les transmitió a todos, coruñeses y brasileños, que él fue uno más de los miles que lloraron al Zorro de Arteixo en su adiós.
Cuando pisó en el 2023 el césped de su casa se acordó de la Liga, de los partidos contra el Milan y el PSG, «en definitiva, remontadas y noches históricas», «pero será imposible pisar el césped de Riazor y no acordarse de Arsenio Iglesias... Su presencia era muy fuerte por todo lo que ha significado para el Deportivo». Para el mediocentro fue «su padre». «Mi adaptación y la de Bebeto a la ciudad fue muy rápida gracias a él. Arsenio se preocupaba mucho por mi familia, estaba siempre pendiente y era muy cariñoso», resumió en esta entrevista de Antía S. Aguado en La Voz de Galicia poco tiempo antes de aterrizar en A Coruña.
«Me retiré en el club de mi vida, de mi corazón, y eso es una suerte», siempre remarca.