El poeta gallego estuvo acompañado por el artista vigués Carlos Vilas Bugallo El Palau acogió el acto central en el que participaron ocho autores de todo el mundo
31 may 2004 . Actualizado a las 07:00 h.Tras su primera intervención, y cuando los más de mil espectadores que llenaban el Palau de la Música de Barcelona creían concluido su recital, Carlos Oroza, pleno de confianza y seguro del impacto de sus poderosas palabras, se giró y reinició su ataque oral: «Yo os ofrezco una porción de tierra gris del Norte, en cuyo nombre he de darme.....». El aplauso lo inundó todo. La batalla lírica estaba ganada por el poeta. Tan sólo un mes antes había aceptado la invitación para participar en la vigésima edición del Festival Internacional de Poesía de Barcelona, una de las citas más prestigiosas de la lírica mundial y que, en esta ocasión, también contaba con la presencia de Josep Ramón Roig, la sueca Eva Runefelt, Sebastián Alzamora, el indonesio W. S. Rendra, Carlos Edmundo de Ory, Perehauma, Leopoldo María Panero y la norteamericana Anne Waldman. «Performance» Todos los poetas invitados se comprometían a realizar un recital individual y el colectivo en el Palau de la Música. Carlos Oroza acudió a Barcelona con el artista vigués Carlos Vilas Bugallo. Ambos ofrecieron una curiosa performance en la plaza de San Felipe Neri en torno al poema Cabalum . Carlos Vilas Bugallo quiso arropar al poeta con una instalación en la que se resaltaban las calidades góticas de la plaza. Las doradas telas y la ausencia de contaminación acústica en la plaza, creó el ambiente necesario para la palabra del poeta recorriera con comodidad aquel rincón barcelonés. Claro que fue en el Palau donde el verso de Oroza atacó con mayor gusto la sensibilidad del espectador. Y el público supo agradecérselo con los mayores aplausos de la noche, tal como recogieron al día siguiente varios periódicos catalanes. «Pero en algunos momentos se estableció una auténtica comunicación entre rapsodas y oyentes, como en el caso del gallego Carlos Oroza, un hombre que posee el don de la poesía», decía al día siguiente la crónica de La Vanguardia . Sin embargo, la firmante de la crónica situaba a Oroza en un voluntario aislamiento en la Costa da Morte, cuando su aislamiento está ubicado en las calles de la ciudad de Vigo, que gasta con suma insistencia todos los días. El alquimista En el periódico nacionalista Avui tampoco se olvidaron de que Carlos Oroza fue el más ovacionado_incluso, algunos espectadores le llamaron torero_de la irrepetible velada del Palau: «El poeta más aclamado de la noche fue Carlos Oroza, que publica poco porque cree sobre todo en la oralidad, pero que cuando recita paraliza al público en sus butacas. Y de que manera», se podía leer en el ejemplar del Avui del día siguiente. El propio director del festival, Gabriel Planella decía de Carlos Oroza, en la web oficial, que es el gran poeta alquimista de la Península. El punto excéntrico del festival lo puso Leopoldo María Panero, que ocupó el doble de tiempo que el resto de los poetas participantes y tuvo que ser ayudado a salir del escenario por el propio director del festival.