Castrelos se sube a su nueva línea de bus para iniciar el verano de conciertos

Xoán Tormes VIGO

VIGO

Vitrasa ha programado un servicio especial que se activará al final de todas las actuaciones LOS MÁS ESPERADOS El parque ya está acondicionado para recibir esta noche el sonido pop de El sueño de Morfeo

06 jul 2006 . Actualizado a las 07:00 h.

San Juan ya pasó, pero el verano vigués empieza realmente hoy. Por mucho que diga el calendario, Vigo no estrena estación hasta que Castrelos abre sus puertas a la música. Y el día ha llegado. Esta noche, a partir de las 23.00 horas, los portones del parque más grande de la ciudad se abrirán de par en par para recibir a El Sueño de Morfeo y, con ellos, a miles de vigueses. No llegarán a ser los 30.000 que en su día coparon hasta los árboles del parque para ver a Metallica, pero tampoco tendrán que desplazarse hasta el concierto en coche o emprender una larga caminata para disfrutar de la primera cita del verano con Castrelos. Todo gracias a que el Concello ha decidido estrenar un servicio especial de autobús que se activará al final de los conciertos, cuando ya no operan las líneas diurnas. El transporte público podría lograr así algo que parece imposible: que los conciertos de Castrelos no se conviertan en un desfile de conductores estresados. El bus partirá del propio parque, y en su ruta parará en la plaza de América, Camelias, Policarpo Sanz, Colón, Urzaiz, Pizarro, plaza de España, Gran Vía y, nuevamente, plaza de América. Sonidos del mundo El primer viaje será hoy, pero aún queda mucho verano. La semana que viene, el bus volverá a la noche viguesa para el inicio del festival Para Vigo Me Voy, que bailará el día 12 al ritmo brasileño de Milton Nascemento y Toquinho. Después le llegará el turno a Gal Costa, Franz Ferdinand, Ana Torroja, Pet Shop Boys y Hellowen, entre otros muchos que pasarán por la ciudad hasta mediados del mes de agosto. Todos disfrutarán de un Castrelos que, esta vez sí, se ha vestido de gala para la ocasión. Aunque ha costado. Hace apenas tres semanas, el parque aún lucía un descuidado look invernal, marcado por dos tipos de malas hierbas: las que crecen junto a los árboles y las que durante meses se aprovechan de la falta de vigilancia para destrozar el mobiliario del parque en largas noches de botellón y excesos festivos. A partir de esta noche, los excesos se repetirán, pero al amparo de la música y vestidos de verano. Y para disfrutar de ellos sólo hay que subirse al bus y disfrutar del espectáculo.