Como en otros deportes, éste llegó de la mano del personal de El Cable Inglés
23 sep 2007 . Actualizado a las 02:00 h.Poco después de 1890, cuando empezó a funcionar el velódromo de Vigo, en el Relleno o Malecón, se debió iniciar también la práctica del tenis, que este modo habría llegado a nuestra ciudad años antes de lo que siempre se ha considerado. Naturalmente, como en otros tantos deportes, tuvieron gran incidencia en la promoción de esta acvividad, los funcionarios extranjeros de El Cable Inglés, que desde los primeros años setenta del siglo XIX se había establecido en Vigo y colaboraría, al poco, a la llegada del fútbol al mismo emplazamiento del Malecón. En el centro del velódromo, sus promotores habían tenido el acierto de instalar una pista de tenis.
Andrés Domínguez Almansa, en una tesis doctoral a la que hemos tenido acceso, y que más pronto que tarde estará al alcance de todos, por cuanto va a ser publicada por Galaxia, apunta que el establecimiento del deporte en general como elemento característico del modelo de vida de la clase media inglesa se extendió por el conjunto del Estado británico, y en cuanto a la práctica del tenis, alude al caso del torneo de Wimbledon, que ya se jugaba en 1877.
Femenino
El mismo estudioso del deporte, pone de manifiesto la singularidad que se dio en la incorporación de la mujer al tenis. En otros deportes, como era el caso del ciclismo, en sus orígenes ellas reivindicaron la práctica de la bicicleta, pero no la participación en competiciones, al menos no lo hicieron en número significativo. Sí participaron en seguida en el tenis, como en el patijanaje o la vela, entre otras actividades, como deportes femeninos.
El tan citado Domínguez Almansa asegura que en términos comparativos, las mujeres de la alta sociedad gallega consiguieron un nivel superior al de los tenistas masculinos. Por nuestra parte podemos añadir que años después, al principio de la década de los treinta, pasó algo semejante con el hockey, especialmente en Vigo, aunque también en A Coruña: ellas lograron constituir equipos mucho más sólidos que los de los hombres. E incluso en algún, como en la creación del Club de Campo de Vigo, donde hoy está la rotonda de Isaac Peral, institución que creó José Curbera Fernández, el equipo femenino de la sociedad fue de primerísimo orden.
Canchas
También en Vigo, en los orígenes del tenis, fue una mujer una de las figuras más descollantes del deporte. Nos referimos a la viuda de Del Río, elegante mujer a la que ya hemos aludido en esta sección por otros motivos. Ella fue también la primera mujer que tuvo un Rolls Royce a su nombre en la provincia de Pontevedra. La viuda fue pretendida, sin éxito, por el marqués de Estella, o sea el dictador Primo de Rivera. Ella construyó una cancha de tenis en su residencia, que estaba situada en la calle de García Barbón, en la parte baja de la zona de Uruguay, que va entre el cine Fraga y la esquina de la calle de República Argentina.
Hemos visto innumerables fotografías de la viuda de Del Río, en las que hacía de anfitriona en su finca, en la que se jugaron muchos trofeos de tenis. Otra de las mujeres que a su lado destacó también considerablemente, igualmente al principio de este deporte, fueron su propia hermana, casada con Eugenio Fadrique, el industrial que le puso nombre a la plaza de la Industria. Así como la señorita López de Pardo.
Con el paso del tiempo, a la cancha de la viuda de Del Río fueron sumándose varias más, entre ellas el grupo que se construyó en el edificio del Cable Inglés de 1914, en las inmediaciones del Castro. Por supuesto, debemos mencionar la casa de los Oya, emparentados con García Barbón, y más tarde las pistas situadas frente al actual Club Financiero, que llegaron a tener una extraordinaria afluencia de jugadores.
En los años veinte, la alta sociedad viguesa aportaba innumerables nombres a la práctica del buen tenis, desde Mimí del Río a Isabel Jackson, pasando por Manolo Comingues, Juanito del Río, Javier Sensat o Juanito Ponte.