Quizá porque en 1979 el ambiente político del país merecía ritmos más sosegados, la primera corporación democrática se tomó cierto tiempo para renovar la nomenclatura callejera. Los primeros nombres que aparecieron estuvieron asociados a nuevas calles o viales de reciente creación. Así se sumaron al rueiro nombres como Emilio Martínez Garrido, Pablo Iglesias, Alexandre Bóveda o Castelao. Posteriormente, se fueron sustituyendo todos los nombres con referencias franquistas, que en la mayor parte de los casos fueron reemplazados por sus nombres originales. Así volvieron Urzaiz, Elduayen, Montero Ríos, Progreso, etc. Las denominaciones asociadas a momentos políticos siguen estando vigentes en Vigo y, el pasado año, la corporación aprobaba que seis calles de la ciudad llevasen el nombre de mujeres víctimas del franquismo. Los nombres elegidos fueron Carmen Miguel Agra, Ángela Iglesias Rebollar, Rosario Hernández Dieguez, Margarita Bilbatúa Zubeldia, Urania Mella y Mercedes Núñez.