El presidente del Compostela, José María Caneda, está citado para acudir el próximo día 19 a la Inspección de Trabajo de A Coruña para acreditar documentalmente que los contratos de la plantilla del club están en regla.
Así lo reconoció ayer el propio Caneda, horas después de que funcionarios de la Inspección de Trabajo, apoyados por agentes de la Brigada de Extranjería y Documentación de la comisaría compostelana, entrasen en las instalaciones del club.
Caneda insiste en que esta actuación, aunque sorpresiva, no deja de ser «es una inspección rutinaria motivada por denuncia de Jesús Torres». El presidente está convencido de este extremo y dice que «é moi raro que esta xente actúe se non hai denuncia antes». También dice no entender los motivos que llevaron a Torres, de 29 años y hoy en las filas del Negreira, a denunciar, «pues él tiene una ficha de aficionado, porque profesional nunca fue».
«Ahora tengo una cita con Trabajo y para eso están las gestorías que llevan los temas de Seguridad Social, con todos los papeles que hay que presentar», dice Caneda que, a renglón seguido añade: «Gracias a Dios, se da la circunstancia de que tenemos una cobertura casi del 95% en cuanto a temas de Seguridad Social, tenemos a la gente asegurada». Los inspectores de Trabajo se interesaron el martes por los 21 trabajadores del club, a los que interrogaron sobre su situación laboral en el equipo. Caneda dice que, lo se hizo el martes por la noche en San Lázaro «debía ser habitual en todas las empresas». Reconoce que le sorprendieron, si acaso, las maneras, que bien les pudieron dejar terminar el entrenamiento. Pero agradece en todo caso la profesionalidad que demostraron funcionarios de Trabajo y de policía en los aproximadamente noventa minutos que duró la inspección, «con un tratamiento correcto y cordial». El presidente dice que Jesús Torres, fue despedido del club «porque convocó una rueda de prensa en la que me llamaba delincuente, y yo seré lo que sea, pero delincuente no».
La réplica
Jesús Torres, por su parte, dice que no tiene más conocimiento de lo que ocurrió el martes por la noche en San Lázaro que lo que publicó la prensa. Y desmiente de inmediato que él haya denunciado a Caneda: «Como ellos [el club] no me daban el contrato, lo que hice fue pedirlo en el servicio público de empleo. Como este servicio es gestor de la Seguridad Social, ellos habrán cursado la denuncia», explica.
Mantiene que, a diferencia de lo que dice Caneda, «yo tengo un contrato de futbolista, y eso en la legislación deportiva se considera de futbolista profesional, no aficionado». Y dice que, aunque lo fuera, «tengo un contrato con una asignación económica».