Vigo le regala un avión al Ejército

Jorge Lamas Dono
Jorge Lamas VIGO/LA VOZ.

VIGO

En octubre de 1921, se hace entrega a la aeronáutica militar un aeroplano Havilland adquirido por suscripción popular para combatir en la guerra de Marruecos

06 oct 2010 . Actualizado a las 11:50 h.

La rotunda derrota sufrida por el Ejército español en las llanuras de Annual, en el Rif marroquí, provocó una convulsión en la península, a comienzos de agosto de 1921, similar a la que experimentó la sociedad norteamericana durante la guerra de Vietnam. Más de diez mil soldados muertos, cientos de prisioneros y, sobre todo, las escenas de gran violencia narradas por la prensa española crearon un clima de indignación que llevó a varias ciudades a realizar suscripciones para dotar de aviones al Ejércitos, un arma de la que carecía el ejército independentista rifeño liderado por Abd el Krim.

A lo largo de agosto de 1921, el puerto de Vigo sirve como puerta de salida para los contingentes militares que son desplazados con urgencia hacia una Melilla sitiada por los rifeños, entre ellos el regimiento Murcia, con base en Vigo y compuesto por muchos vigueses. En ese ambiente catastrofista y cargado de emotividad por la presencia de vigueses en África, dos socios del Casino, que quisieron permanecer en el anonimato, proponen a la ciudad, a través de Faro de Vigo y La Concordia , la realización de una suscripción popular con el objetivo reunir los fondos necesarios para adquirir un aeroplano de combate que sería regalado al Ejército.

La idea, ya desarrollada en otras ciudades españolas, cuaja y el 18 de agosto se concreta en la conformación de una comisión gestora presidida por el alcalde Ceferino Maestú.

El Ministerio de la Guerra acepta la oferta y propone dos modelos de aviones, optándose en la ciudad por un biplano D.H. 4 Havilland, motor Rolls Royce. Al mismo tiempo comienzan los donativos. Los grandes nombres de la ciudad realizan aportaciones en consonancia con sus ingresos, pero también el resto de la ciudadanía está presente con aportaciones de escasas pesetas e incluso céntimos.

No es la única cuestación económica que esos días se realizaba en Vigo. La Cruz Roja despliega a sus socios por la ciudad para reunir dinero que le permita mejorar las condiciones de vida de los soldados vigueses en Melilla. En la misma dirección se mueve la Junta de madres de soldados, presidida por Carmen Conde de Ponte.

En total, en poco más de dos meses, la ciudad consigue reunir más de cien mil pesetas en las tres suscripciones abiertas con destino a la guerra que se libraba en Marruecos.