Un rival con media plantilla cedida por el Udinese

La Voz X. R. C. VIGO/LA VOZ.

VIGO

23 oct 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

El Granada es cuando menos un club atípico. Con nueve cedidos, y además procedentes del mismo equipo. Porque el retornado equipo andaluz puede considerarse a todos los efectos una sucursal del Udinese italiano en el fútbol español. Quique Pina, conocido representante de jugadores y fundador del Ciudad de Murcia, ejerce como presidente, pero es Gino Pozzo, hijo del propietario del club italiano, la persona de referencia en el proyecto de devolver al Granada a la élite del fútbol español a medio plazo.

Después de dos décadas penando en Segunda B, con una deuda de 2.000 millones de las antiguas pesetas e inmerso en concurso de acreedores (está pendiente de conocerse la fecha para el convenio de acreedores), el club buscaba el año pasado un inversor que aliviase sus penas económicas. No solo lo encontró en la vía italiana, sino que la inversión de 1,5 millones de euros le permitió negociar con diversos acreedores y desbloquear la situación del club. De un modo paralelo comenzaron a llegar jugadores como Amaya o Mainz que vinieron a reforzar el proyecto.

Quizás, porque Pozzo no encontró vendedor en Primera y se acordó que Granada siempre ha sido una plaza histórica de fútbol. «Queremos colocarnos en Granada porque es una ciudad con un gran potencial futbolístico», comentó en su puesta de largo.

Conseguido el ascenso a Segunda, y aunque oficialmente tengan 9 millones de euros de presupuesto, no han escatimado esfuerzos para darle el mejor equipo posible a Fabri. De las 15 altas, nueve son jugadores cedidos por el Udinese: Carlos Calvo, Dani Benítez, Álex Geijo, Mainz, Mensah, Muriel, Orellana, Siquiera y Nyom.

La conversión en SAD

Pero a la conexión transalpina le falta ahora un movimiento capital para echar raíces en el sur de Andalucía. Una vez que el equipo abandone la Ley Concursal debe enfrentarse a la conversión en SAD para cumplir con la normativa del fútbol profesional y de entrada las instituciones han mostrado su negativa a invertir dinero en el nuevo proyecto. Aunque nadie lo diga en público, existe cierto recelo hacia Pina y sus socios italianos. De confirmarse la negativa, y salvo que los socios y aficionados suscriban títulos en masa, Pozzo y los suyos tendrían que hacerse con la práctica titularidad de las acciones con el desembolso que ello acarrearía.

Todo puede depender de la posición final del equipo en la tabla. Después de un inicio titubeante, los de Fabri han cogido carrerilla y en caso de terminar en Primera serían un bombón para cualquier inversor. Por ahora toca esperar.