Los opositores a Porto Cabral calientan la asamblea del día 26

Juan Manuel Fuentes Galán
Juanma Fuentes VIGO / LA VOZ

VIGO

Colocan pancartas en contra y reclaman voto secreto y no a mano alzada

14 may 2013 . Actualizado a las 13:10 h.

«El pasado 21 de abril la directiva de la comunidad de montes quería que un asunto de la trascendencia de Porto Cabral se votase a mano alzada, con todo lo que ello implica. Lo sensato y democrático es una votación secreta en urna», afirma José Manuel Estévez, vecino de la parroquia, comunero y uno de los opositores al proyecto. Según explica, aunque de momento no ha trascendido, en el seno de la directiva de la comunidad tampoco existe unanimidad «y sabemos que un delegado de barrio se ha marchado por la forma en que están llevando el proceso».

A la espera de lo que pueda ocurrir la parroquia de Cabral se está llenando de pancartas y pintadas en contra del proyecto. Con ellas los opositores al proyecto quieren hacerse visibles antes de la asamblea.

Según se acerca la fecha del segundo intento de aprobar el proyecto los ánimos se caldean en Cabral. La decisión que adoptarán a finales de mes es relevante; se trata de aprobar, o no, un acuerdo para que un fondo de inversión británico les expropie 300.000 metros cuadrados para la construcción de un megacentro comercial y de ocio al estilo del Porto Venecia inaugurado en octubre pasado en Zaragoza. El 26 de mayo, fecha de la nueva asamblea, se conocerá el precio que pagará la promotora y que ya ha negociado con la directiva de los comuneros.

En el plano vecinal, si el proyecto sale adelante supondrá un cambio sustancial en Cabral. El complejo creará varios miles de empleos, hasta 4.000, con docenas de tiendas e instalaciones de ocio que llevarán allí millones de visitantes cada año. A cambio, la comunidad de montes recibirá varios millones de euros por los terrenos.

El primer intento de debatir este asunto fracasó ante la presencia de medio centenar de personas opuestas al proyecto. El presidente de la comunidad aseguró que era gente ajena a la parroquia, algo que Estévez rechaza. «Todos eran comuneros y familiares, quizá alguno de fuera, pero los menos. Y no necesariamente todos opuestos a Porto Cabral. Lo que sí rechazan es que una cuestión así se vote a mano alzada. Muchas gente se puede sentir condicionada y la forma de actuar con libertad es votando en urna. Esperemos que una mayoría lo reclame y que finalmente se lleve a cabo», explica dubitativo.