Perfecta teoría de la conspiración. Si el Partido Popular se demoraba en elegir candidato era porque esperaba a su mesías: Carlos Alberto González Príncipe. Desde esta semana, el ex alcalde queda libre para fichar por cualquier partido.
Cierto que es una estrella indisciplinada y que te puede incendiar el vestuario. Pero, como crack mediático, no tiene precio.
Es posible, por tanto, que Príncipe sea el gran tapado. Para disgusto de Chema Figueroa, que lleva años currándose el puesto. En concreto, los 28 sin interrupción que acumula en la corporación municipal, a sueldo de todos los vigueses. El veterano político popular, hombre de equipo y escudero tenaz, podría ver como un fichaje del mercado de invierno desbarata su asalto al poder. O al liderato de la oposición, para ser más exactos.
Carlos Príncipe podría ser una baza ganadora para el Partido Popular. Recordemos que ha sido expulsado del PSOE por frases como estas: «Abel Caballero es Antoñita la fantástica», «Caballero está acostumbrado a decir una cosa y, al día siguiente, la contraria», «Caballero es para Vigo un activo tóxico» y «el sátrapa Caballero empieza a caer en sus propias trampas y mentiras». Si esto lo dice como compañero de partido, ¿qué no diría desde la oposición?
La única objeción es que Príncipe jamás ganó unas elecciones municipales como cabeza de lista. Fue alcalde por la renuncia de Manoel Soto. Y luego fue derrotado sucesivamente por Manuel Pérez (PP) y Lois Castrillo (BNG). Pero su tirón mediático es indiscutible.
Y suponemos que cuenta con la simpatías del secretario general del PPdeG, Alfonso Rueda, a quien presentó en conferencia. Así que todo encaja. Teoría de la conspiración perfecta. Se abre para el Partido Popular una opción que suena exactamente maquiavélica: El Príncipe.
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