«Con el dibujo aspiro a contar historias de humor tierno»

Begoña Rodríguez Sotelino
begoña r. sotelino VIGO / LA VOZ

VIGO

Alicia Jaraba, en el estudio que comparte con otros ilustradores en Madrid, donde vive hace un año.
Alicia Jaraba, en el estudio que comparte con otros ilustradores en Madrid, donde vive hace un año.

O en los genes o por ósmosis, Alicia Jaraba ha heredado de su padre la pasión por el dibujo y se ha empeñado en vivir de ello

13 abr 2016 . Actualizado a las 13:16 h.

Si la creatividad se hereda, a la hija de Fran Jaraba le ha tocado en el cóctel genético la habilidad para contar historias dibujando. El pontevedrés es uno de los ilustradores de una generación pionera en un sector de poca tradición en Galicia que ha dejado un poso y un legado que recogen herederos con ganas de seguir abriendo camino. Aunque ahora no para de recibir premios y discurrir proyectos nuevos, Alicia Jaraba (que firma como Esa Tía Bizarra) no tenía tan clara esa vocación.

_¿Cuál fue la primera?

_En realidad yo siempre había querido estudiar Filología para ser profesora de español. Esa es mi formación universitaria. En cuanto al dibujo, hasta los 25 años fui completamente autodidacta. Lo que ocurrió es que después de hacer dos carreras de filología (hispánica y francesa) no sabía muy bien qué hacer y decidí hacer un curso de cómic en una escuela en Madrid, que es donde estoy viviendo ahora. Hacer ese curso me cambió totalmente la trayectoria. 

_Ya no quería ser profesora, ¿no?

_Eso es. Ya estaba un poco desencantada con la idea de ser profesora para adolescentes. El año pasado me fui a Francia con una beca de auxiliar de conversación para dar clases de español allí y me di cuenta de que mi papel era más de policía que de transmisora de conocimientos. Por otra parte, ¡la experiencia en la Escuela Superior de Ilustración y Dibujo me fue tan bien! Nunca había estado en contacto con este mundillo, aprendí un montón y conocí a mucha gente interesante, como mi profesor Kenny Ruiz, que me inspira un montón. ¡Hasta gané el concurso interno de cómic que organiza la escuela y me motivó muchísimo para seguir dándole duro y seguir presentándome a otros certámenes.  

_¿Qué papel jugó ahí su padre? ¿La animó?

_Mucho. Él y mi madre siempre han sido un gran apoyo. Mi padre marcó un papel importante. Más que algo genético, yo creo que la afición me viene por el hecho de que desde muy pequeña he estado en mi casa rodeada de cómics y cosas relacionadas con el dibujo. Mientras me cuidaba hacía sus trabajos en su mesa de profesional y yo a su lado con mis lápices en la mesa pequeña. Decía que éramos como Don Quijote y Sancho. De pequeña devoraba tintines, mortadelos, los asterix y sobre todo los cómics franco-belgas que había. Como prácticamente todos los niños, dibujaba. La mayoría, cuando se hacen mayores, paran. Pero yo seguí y me interesé por el manga y otro tipo de obras para público adolescente y más tarde por la novela gráfica.

_Crecer con un ilustrador en casa le ha dado la oportunidad de tener cerca las dos caras de este trabajo. Lo mismo que habrá visto cómo se disfruta también habrá comprobado si se sufre...

_No, porque siempre lo vi haciéndolo con tanto amor que en ningún momento lo percibí como un trabajo duro. Además su caso es diferente, porque él no vive de esto. Es profesor y el sueldo lo tiene asegurado. Quizás cuando era más joven, sí. Pero luego lo hizo por afición, por las tardes, dedicándole el tiempo que quería. Sin embargo, yo sí que aspiro a ganarme la vida con esto y  estoy viendo lo difícil que es, pero como es algo que se hace por gusto, le echo mucha horas y no sé parar. A veces me veo un poco adicta al trabajo. De todas formas no quería que se me asociase en seguida con mi padre, no por nada malo, sino porque yo me quiero sacar las castañas yo sola. Por eso, por ejemplo, firmo como Esa Tía Bizarra y mi blog y mi Facebook se llaman así, aunque ahora estoy empezando a poner mi nombre. 

_¿Qué pasos está dando para conseguir hacerse un hueco?

_Estuve ilustrando un libro para una editorial francesa llamada Jungle y ahora esa misma editorial me ha llamado para participar en un álbum colectivo de adaptaciones de sketches de humoristas muy conocidos allí. Eso es lo de menos, prque a lo que más tiempo dedico es a mis proyectos personales y, no voy a mentir, haciendo historias cortas para concursos, que me ayudan a sobrevivir económicamente. Por otra parte doy clases de Photoshop para niños en una academia.

_¿La elección de quedarse en Madrid es por una cuestión de las oportunidades se multiplican?

_Sin duda. Y no solo eso, sino que a través de la escuela he conocido a un grupo de gente que persigue exactamente lo mismo que yo: publicar cómic en Francia, porque allí se considera un producto cultural como otro y por una razón vital, que queremos vivir de esto. Estamos en el mismo barco. Y además hemos creado un web cómic colectivo que se llama Hotel Gran Hotel en el que cada uno hace una página siguiendo el hilo del autor anterior. No quiero quedarme aquí para siempre, pero ahora mismo, en pleno ascenso profesional, me viene muy bien.

_¿Cómo es su proceso de trabajo?

_El boceto lo hago a lápiz, lo entinto a mano, lo escaneo y lo paso a ordenador, donde coloreo.

_¿Qué tipo de historias le gusta contar?

_Historias cotidianas sobre las relaciones humanas, el paso a la edad adulta, las relaciones familiares... y todo con un poco de fantasía, ciencia ficción y sobre todo humor. Aspiro a hacer humor tierno para cualquier edad.

Sus preferencias. Su autor favorito es el francés Nob y el cómic que más le gusta también es galo y humorístico: Los ombligos.

En proyecto. Alicia Jaraba tiene en desarrollo la serie Los viejos de 2070, «sobre la gente de mi generación cuando seamos abuelos. «Estoy en conversaciones con un editorial y espero que salga adelante».