Consideraba el hecho una burla a la ciudad
02 sep 2016 . Actualizado a las 04:00 h.Antonio Nieto Figueroa, Leri, la emprendió a patadas con el pequeño muro que separaba la zona portuaria de la avenida de Beiramar. Su actitud se debía a que consideraba un «burla a la ciudad» aquella obra.
Fue él quien se enteró de la operación y dio cuenta al resto de la corporación. El gobierno local procedió al día siguiente, el 3 de septiembre de 1993, a la paralización de las obras. El gobierno presidido por Carlos González Príncipe expresó su malestar por el reinicio de estas obras por parte de la Autoridad Portuaria, ya que se había llegado a un acuerdo unos meses antes para no levantar el muro.
Al frente de la Autoridad Portuaria estaba la socialista Elena Espinosa, que negó el asunto, dejando las obras en una «imprescindible reparación de las aceras».
El Ayuntamiento no llegó a denunciar judicialmente aquellas obras. Hoy en día el muro separa ambas zonas.