El colegio Fonte Escura, que participa en el programa Voz Natura, integra a niños con capacidades y necesidades diversas en torno al medio ambiente
01 feb 2019 . Actualizado a las 10:07 h.El tesón del colegio de infantil y primaria Fonte Escura consigue algo que roza el milagro: sacar adelante un huerto inclusivo con la participación de niños con capacidades muy diversas y necesidades especiales.
Entre el poco más de medio centenar de alumnos del centro hay síndromes de Tay, Rett, Williams, trastorno del espectro autista, X-frágil, parálisis cerebral... Nada que no permita al conjunto de los escolares desarrollar sus capacidades en todos los ámbitos. Es lo que sucede con el huerto inclusivo, un proyecto medioambiental dirigido por la profesora Alicia Castro, que se ha ganado el reconocimiento de Voz Natura.
«Con el dinero de Voz Natura plantamos árboles frutales para que los niños puedan comer después la fruta en la escuela. Mirabeles, ciruelas negras, manzanas... Hicimos bancales con cañas en lo alto de un muro para que los que están en silla de ruedas accedan bien», explica la docente.
Para burlar al frío improvisaron un invernadero en el que plantaron un centenar de lechugas, que luego llevan cada uno a su casa. «Van muy contentos con ellas y, además, aprenden a alimentarse, porque se las comen encantados», indica Alicia Castro.
A principios de este curso plantaron alubias, guisantes, ajos, cebollas, y hasta azafrán, que les regalaron, además de tulipanes. «La idea es poner hierbas aromáticas esta primavera para contribuir a la defensa de las abejas. También tenemos previsto plantar lavanda y zinnias», indica.
La escasez de medios se suple con imaginación. Son capaces de hacer un compostero con cuatro palés para echar los restos vegetales. El otro lo tienen con lombrices.
Las actividades medioambientales no son más que un ejemplo del carácter inclusivo y el prestigio que se ha ganado el colegio.